martes, 27 de enero de 2015

Enfoque por Ecosistemas




                                  
Enfoque por Ecosistemas[1]

Dra. Marina Rosales Benites de Franco
Prof. Universidad Nacional Federico Villarreal


Antecedente

El enfoque por ecosistemas  es un instrumento de gestión que se aprobó en el Convenio sobre Diversidad Biológica, haciéndola suya en su Decisión V/6 de la Conferencia Quinta de las Partes realizada del 15 al 20 de mayo del 2000, en Nairobi, Kenya. En esta Decisión se insta a las Partes para que se aplique, según proceda, el enfoque por ecosistemas y se desarrollen casos prácticos. El Convenio viene aplicando el enfoque por ecosistemas en sus programas de trabajo y sus Planes Estratégicos del Convenio.

 
Conceptualización del enfoque por ecosistemas

 
El enfoque por ecosistemas es un instrumento técnico para la gestión estratégica de la diversidad biológica, por medio de una visión integrada de los componentes de los ecosistemas y las sociedades humanas. Las recomendaciones del enfoque por ecosistemas se dan a través de doce principios, para espacios donde se garantice la aplicación de los tres objetivos del “Convenio sobre Diversidad Biológica”,  la conservación, la utilización sostenible y la distribución justa y equitativa de los beneficios dimanantes de la utilización de los recursos genéticos.

 
El reto del enfoque por ecosistemas es que la gestión de los espacios se den como unidades funcionales, no corresponden específicamente a una clasificación de ecosistema, si no se da para cualquier escala que se determine para resolver el problema de gestión territorial. Pudiera ser, por ejemplo, una microcuenca, una cuenca, una laguna, un bosque (bosque húmedo tropical) o parte de un bosque (bosque de agujales), un bioma determinado o cualquier ecosistema bajo una clasificación específica.

 

Los ecosistemas son sistemas dinámicos y están sujetos a procesos estocásticos, por lo cual el enfoque por ecosistemas exige una gestión adaptable, para poder dar respuesta a las incertidumbres e ir resolviendo problemas en función de la experiencia que incluyen también los errores.
 

En el enfoque por ecosistemas contiene todos los enfoques de gestión de la tierra que sean complementarios a sus principios, debido a que  su objetivo es orientar la gestión con tendencia holística del espacio y el tiempo, basado en información de estudios científicos, seguimientos de gestión y el conocimiento tradicional de los pueblos indígenas y poblaciones locales.
 

Principios del enfoque

Principio 1: La elección de los objetivos de la gestión de los recursos de tierras, hídricos y vivos debe quedar en manos de la sociedad.

Los ecosistemas deben ser administrados, de manera justa y equitativa, por sus valores intrínsecos y por sus beneficios tangibles o intangibles para la sociedad. Todos los miembros del espacio a gestionar deben decidir los objetivos de la gestión más apropiada. Los objetivos deben incluir los intereses de la sociedad, en especial de los pueblos indígenas y poblaciones locales,  para que sean considerados con equidad, así como garantizar las necesidades de las generaciones futuras.  Lo importante es garantizar el  acceso a información precisa y oportuna y la capacidad de aplicar este conocimiento
 

Principio 2: La gestión debe estar descentralizada al nivel apropiado más bajo.

La descentralización de la toma de decisiones es un deber democrático basado en los derechos humanos. Sistemas descentralizados tienden a ser más equitativos, por permitir la participación de todos los interesados, en especial los directos, los intereses locales que deben ser equilibrados con el interés del público en general. Los instrumentos de propiedad de la tierra, las exigencias, la rendición de cuentas, la participación y la utilización de los conocimientos locales coadyuvan a encaminar este principio.

 
Principio 3: Los administradores de ecosistemas deben tener en cuenta los efectos (reales o posibles) de sus actividades en los ecosistemas adyacentes y en otros ecosistemas.

 Los sistemas ecológicos, sociales y económicos están interconectados. La gestión de los ecosistemas incluye el llamado de atención a la interconexión de los procesos ecológicos y sociales, afectados por las buenas o malas decisiones económicas, dependiendo del grupo económico que busca favorecerse. La administración de los ecosistemas debe tener en cuenta la gestión adaptable, como cuencas hidrográficas, para gestionar los riesgos y conflictos sociales de actividades económicas puntuales en el espacio y el tiempo determinado. Los estudios de evaluación de impacto ambiental y más aún los trabajos de restauración de ecosistemas y remediación son las medidas urgentes a aplicar.

 
Principio 4: Dados los posibles beneficios derivados de su gestión, es necesario comprender y gestionar el ecosistema en un contexto económico. Este tipo de programa de gestión de ecosistemas debería:

 
a)    Disminuir las distorsiones del mercado que repercuten negativamente en la diversidad biológica;

b)    Orientar los incentivos para promover la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica;

c)    Procurar, en la medida de lo posible, incorporar los costos y los beneficios en el ecosistema de que se trate.

Las fallas de mercado ocasionan su ineficiencia, conduciendo a distorsiones en el mercado, debido a que infravaloran los sistemas naturales y los efectos de su degradación y pérdidas económicas para la sociedad. Las políticas económicas son univariadas, su objetivo es el crecimiento económico, a través de una producción y consumo insostenibles, cuyos precios no incluyen las responsabilidades de descontaminación, restauración y remediación de los ecosistemas, más aún en su afán de crecer económicamente provocan cambios de uso de la tierra, cuya capacidad de uso mayor no responde a los objetivos económicos, ocasionando la degradación o colapso de los ecosistemas, del capital natural.

El uso sostenible requiere inversión en estudios de investigación que muchos países los consideran gasto sin retorno.

Por lo general, los que se benefician de la conservación no pagan el costo que ésta entraña ni los costos ambientales,  por ello se requiere ajustes de los incentivos, para que los que controlan los recursos puedan recibir sus beneficios y que los que generan los costos ambientales estén obligados a pagarlos.  Las poblaciones locales frecuentemente tienen limitada influencia política y económica, por ello pueden estar marginados de los sistemas económicos pertinentes.

Las poblaciones locales que no se reciben beneficios del mantenimiento de los ecosistemas y de los procesos naturales, pueden iniciar prácticas de utilización no sostenible de la tierra de la cual se beneficiarán directamente en el corto plazo.

Por lo expuesto, se requiere garantizar la equidad con los locales de los ecosistemas e incorporar los costos ambientales, y los valores sociales y económicos de los bienes y servicios de los ecosistemas a las decisiones sobre cuentas nacionales, políticas, planificación, educación y gestión de recursos.

Principio 5: A los fines de mantener los servicios de los ecosistemas, la conservación de la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas debería ser un objetivo prioritario del enfoque por ecosistemas.

 
La gestión espacial multidimensional es una estrategia para tener en cuenta la estructura y funcionamiento de los ecosistemas, para el desarrollo de actividades económicas. Los efectos negativos a la estructura y funcionamiento requieren ser gestionados, de tal manera que se trabaje en mantener y mejorar la resiliencia de los ecosistemas.  La conectividad de los ecosistemas es vital para mantener su estructura y funcionamiento, a fin de evitar extinciones locales de especies y la pérdida de diversidad genética. La vigilancia del estado de las poblaciones y comunidades especialmente de las amenazadas, constituye una inversión para mantener la capacidad de respuesta de los ecosistemas. La conservación “in situ” implica las diferentes modalidades de conservación, llave para viabilizar la estructura y funcionamiento de los ecosistemas, así como la tecnología apropiada para la gestión efectiva delos ecosistemas terrestres, acuáticos continentales y marinos.

 
Principio 6: Los ecosistemas se deben gestionar dentro de los límites de su funcionamiento.

Los ecosistemas tienen límites para soportar efectos que van contra su estructura y funcionamiento,  ellos responden a los efectos negativos a través de su resiliencia, pero tienen límites de tolerancia al grado de perturbación. Los límites no son estáticos ni uniformes, son dinámicos dependiendo de los espacios y el tiempo, por lo cual el seguimiento de ellos garantizará la efectividad de la gestión. La productividad de los ecosistemas no está regulada por la demanda  del mercado, pero la demanda del mercado puede hacer colapsar los ecosistemas.
 

La incertidumbre o los riesgos de las actividades económicas frente a los ecosistemas, tienen que ser considerados con medidas de aplicación del principio de precaución y sistemas de gestión adaptativos.
 

Principio 7: El enfoque por ecosistemas debe aplicarse a las escalas espaciales y temporales apropiadas.

Los usuarios, administradores y científicos deben ser los que definan los límites de gestión apropiado del espacio o área de los ecosistemas a administrar, teniendo en cuenta las escalas geográficas, temporales y su interconexión con las áreas adyacentes al área objetivo. La gestión debe ser enfocada considerando los niveles de interacción e integración de genes, especies, ecosistemas y procesos de los ecosistemas. Es necesario aplicar los conceptos de administración espacio y tiempo, equidad intergeneracional y rendimiento sostenible a las consideraciones de la escala temporal.

 
Principio 8: Habida cuenta de las diversas escalas temporales y los efectos retardados que caracterizan a los procesos de los ecosistemas, se deberían establecer objetivos a largo plazo en la gestión de los ecosistemas.


Los resultados de los efectos de las actividades humanas en los ecosistemas no siempre tienen resultados a corto plazo, más aun considerando los efectos   acumulativos, ocasionan cambios negativos retardados, lo cual no corresponde a las prioridades establecidas en el corto plazo, establecidos por las políticas del gobierno de turno en los países, se buscan los beneficios inmediatos en lugar de a los beneficios futuros.

 La gestión debe respaldarse en estudios y seguimientos de los componentes de los ecosistemas en el largo plazo proyectar sus tendencias, por medio de una gestión adaptable. Para ello es necesario la estabilidad de las instituciones, los marcos jurídicos, las políticas, la gestión y los programas de vigilancia, formulados y con presupuestos para el largo plazo.
 

Principio 9: En la gestión debe reconocerse que el cambio es inevitable.

 Las actividades humanas en los ecosistemas ocasionan perturbaciones, el cambios en su estructura y funciones, el cambio es inevitable; sin embargo, a través de la gestión adaptable debemos prever medidas de mitigación conducentes a la restauración y remediación de habitas para no afectar la conectividad de los ecosistemas y su resiliencia. Es necesario tener en cuenta los riesgos y las incertidumbres, a través de medidas de precaución, gestionarlos con prudencia y no empujar a los ecosistemas más allá de los límites de recuperación. Debido a que el 3,41% de áreas marinas y el 14% de áreas terrestres (Deguignet et al, 2014) están bajo sistemas de protección en las área protegidas, tenemos que más de 80% de las áreas terrestres y 96% de las áreas marinas están sujetas a actividades directas humanas, por ello es vital que las áreas naturales protegidas, sus categorías sean primordialmente de usos indirectos.
 

Principio 10: En el enfoque por ecosistemas se debe procurar el equilibrio apropiado entre la conservación y la utilización de la diversidad biológica, y su integración.

 
La gestión de los ecosistemas tiene que ser sostenible, no tenemos otra opción, más aún con los efectos del cambio climático, nos lleva a gestionar el capital natural con prudencia y equidad intergeneracional. Más del 80% de los ecosistemas están bajo presión de actividades humanas. Por ello, la conservación debe ser vista como el ahorro del capital natural, para mejorar las inversiones por sus efectos en los procesos de los ecosistemas que mejora la rentabilidad de las inversiones. Para ello, las presiones sectoriales por lograr beneficios económicos directos, minimizando costos, tienen que ajustarse a las nuevas posibilidades que se deben tomar, el uso de los ecosistemas incluyendo los costos ambientales y los límites ecológicos.

 
Principio 11: En el enfoque por ecosistemas deberían tenerse en cuenta todas las formas de información pertinente, incluidos los conocimientos, las innovaciones y las prácticas de las comunidades científicas, indígenas y locales.

 
La información para la gestión es vital para la toma de decisiones y siendo más necesaria cuando es una gestión adaptable. Esta información incluye a los conocimientos científicos, indígenas y locales, base para llegar a estrategias efectivas de gestión de los ecosistemas. La información permite conocer mejor las funciones de los ecosistemas y las repercusiones de las actividades humanas. Dicha información deberá de ser de acceso para que la gestión se realice en el marco de la transparencia.

Es necesario llamar la atención que el conocimiento indígena y local debe tratarse con pleno respeto del artículo 8 j) y de otras decisiones del Convenio sobre la Diversidad Biológica, vinculado al consentimiento informado previo y la participación de los beneficios por el uso de los conocimientos indígenas. Por otro lado, los diferentes sistemas de conocimiento, deben evaluarse su aplicación para las condiciones locales y objetivos planificados.


Principio 12: En el enfoque por ecosistemas deben intervenir todos los sectores de la sociedad y las disciplinas científicas pertinentes.

Los ecosistemas son complejos de materia y energía dinámicos que dan respuesta a variables estocásticas del sistema, intervienen factores biológicos, procesos, químicos, físicos, geológicos, climáticos, entre otros, y socioeconómicos, por lo cual es necesario la participación de las diferentes disciplinas profesionales y científicas, para su gestión integrada, en los diferentes niveles de gobierno. Para ello se debe garantizar el ejercicio de una buena gobernabilidad y gobernanza, tomándose en cuenta los intereses de todos los actores y sectores involucrados para la participación equitativa en los beneficios.

 
Discusión

Los objetivos principales del enfoque por ecosistemas son el mantenimiento de su estructura y funciones en el largo plazo, a través de una gestión adaptable participativa, descentralizada, equitativa, multidisciplinaria e integrada, con escalas espaciales y temporales. Por ello, la base de la gestión adaptable es la información científica, indígena y local, constituye el catalizador para su aplicación. Las inversiones en estudios y seguimientos de los ecosistemas son los vehículos para el cumplimiento del objetivo del enfoque por ecosistemas.
 

Es relevante la necesidad de garantizar la descentralización de la gestión, la gobernanza debe ser fortalecida, para la creación y fortalecimiento de capacidades humanas e institucionales, son coadyuvantes de la democracia y los derechos humanos.

 
La gestión adaptable de los ecosistemas se desarrolla sobre los límites de los ecosistemas, por lo cual en el contexto económico se impulsa un crecimiento sostenible favoreciendo la equidad, en especial para las poblaciones locales, contrarrestando las distorsiones y las fallas del mercado, externalidades negativas a los ecosistemas, teniendo en cuenta y aplicando medidas para los cambios en los ecosistemas, para no colapsar su conectividad, en el marco del entendimiento de tener como única opción, “sin vuelta atrás”, la utilización sostenible de los ecosistemas, de cara a los efectos del cambio climático. Nuestro reto es pasar de la teoría a la práctica.

 
Bibliografía


Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (2004). ENFOQUE POR ECOSISTEMAS, 50 p. (Directrices del CDB)

Deguignet M., Juffe-Bignoli D., Harrison J., MacSharry B., Burgess N., Kingston N., (2014) 2014 United Nations List of Protected Areas. UNEP-WCMC: Cambridge, UK.



[1] Palabras claves: cambio climático, conservación,  diversidad biológica, ecosistemas, utilización sostenible.