Perspectiva Mundial
sobre la Diversidad Biológica
Avances en las
Metas de Aichi*
Prof. Universidad Nacional Federico Villarreal
La PMDB 4
La Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica 4 (PMDB-4) es un documento
elaborado por la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB),
como parte del seguimiento de la aplicación de los acuerdos del Convenio. Este
documento es un instrumento muy importante para la toma de decisiones y
retroalimentar las decisiones de las Partes del Convenio, a fin de reducir la
pérdida de la diversidad biológica global, como parte de la responsabilidad
para alcanzar el desarrollo sostenible.
Este documento es elaborado sobre la base de reportes científicos y los informes nacionales de los países Partes
del CDB, para la PMDB – 4 los países presentaron su quinto informe nacional
2011 - 2013. Presenta los resultados a mitad del período del cumplimiento de
las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica 2011 – 2020.
Es importante relacionar los avances de la aplicación de las Metas de Aichi
con los objetivos de desarrollo del milenio post – 2015[1], cuya
cumbre se realizará en Nueva York, Estados Unidos de América del 21 al 23 de septiembre
del 2015, y el “Acuerdo del Clima” que
se está construyendo en el marco del Convenio Marco de las Naciones Unidas
Sobre Cambio Climático UNFCCC[2] por sus
siglas en inglés), se debatirá en la vigésima primera Conferencia de las Partes
sobre Cambio climático que se realizará del 20 de noviembre al 11 de diciembre
del 2015 en París, Francia.
El reporte de la “Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica” nos
evidencia los avances para cumplir con la Visión para el año 2050 del Convenio de “Vivir
en Armonía con la Naturaleza” y los objetivos sobre desarrollo sostenible durante
este siglo.
Análisis
cumplimiento de las Metas de Aichi
A continuación se
detalla el análisis del cumplimiento de los objetivos con las metas de Aichi
del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011 - 2020 del Convenio
sobre Diversidad Biológica, bajo la visión para el año 2050 de que la diversidad
biológica se valora, conserva, restaura y utiliza en forma racional,
manteniendo los servicios de los ecosistemas, sosteniendo un planeta sano y
brindando beneficios esenciales para todos.
Objetivo
estratégico A
Abordar
las causas subyacentes de la pérdida de la diversidad biológica mediante la
incorporación de la diversidad biológica en todos los ámbitos gubernamentales y
de la sociedad.
Este objetivo es
de suma relevancia, en los objetivos para la biodiversidad al 2010 no se
consideraron como metas las relacionadas a los impulsores indirectos de la
pérdida de diversidad biológica. Esta fue una de la razones porque no se
alcanzó las metas de diversidad biológica al 2010 a nivel mundial. En gran
medida las causas subyacentes de la pérdida de la diversidad biológica no
fueron abordadas de manera significativa, además se estaba iniciando en posesionar a
los ecosistemas como activos productivos con importancia significativa
económica.
Meta 1: Mayor
conciencia sobre la diversidad biológica
Abordar
las causas subyacentes de la pérdida de la diversidad biológica mediante la
incorporación de la diversidad biológica en todos los ámbitos gubernamentales y
de la sociedad.
Las causas
subyacentes relacionadas con la conciencia de las personas sobre la diversidad
biológica están en proceso de este reconocimiento, pero la sostenibilidad de la
diversidad biológica es un tema aún pendiente de trabajar. Los avances de los
países a nivel global son insuficientes según la Secretaría CBD (2014).
La toma de
decisiones para la sostenibilidad de las poblaciones silvestres sujetas a
comercio están vinculadas a intereses comerciales y grupos de poder económico,
muchas veces con acceso a los niveles altos de toma de decisiones, los cuales
priorizan la variable económica, diezmando a las poblaciones silvestres de
seguir cumpliendo con sus funciones en el ecosistema. Por lo cual, se necesita
que las personas interioricen la importancia de la sostenibilidad de la
diversidad biológica para sus vidas.
Se hace necesario
internalizar en la educación primaria y secundaria el conocimiento de la
conceptualización e importancia de la biodiversidad, los ecosistemas, sus
valores, entendiendo el valor de la naturaleza para el bienestar humano, para
adoptar una cultura de “Vivir en Armonía con la Naturaleza”. Las ciencias
sociales y económicas deben abordar estos temas en su formación académica y de
investigación, para mejorar la integración de la diversidad biológica al crecimiento
económico y a la sociedad. Las
sociedades con una buena educación e instrucción presentan aptitudes y
actitudes positivas a la conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas,
como lo menciona White y Hunter (2009) en UNEP (2012), una población educada es también capaz de expresar una mayor
preocupación por los asuntos.
Meta 2: Valores de la diversidad biológica integrados.
Para 2020, a más tardar, los valores de la
diversidad biológica habrán sido integrados en las estrategias y los procesos
de planificación de desarrollo y de reducción de la pobreza nacionales y
locales y se estarán integrando en los sistemas nacionales de contabilidad,
según proceda, y de presentación de informes.
Los países han integrado los valores de la diversidad biológica en las estrategias de reducción de la pobreza y desarrollo (30%). Muchos países vienen incorporando sistemas de contabilidad económica y ambiental; asimismo, la integración de estadísticas sobre el medio ambiente y su relación con la economía, realizados en el marco de la iniciativa WAVES[1] del Banco Mundial (Botswana, Colombia, Costa Rica, Filipinas, Madagascar, Guatemala, Indonesia y Rwanda). Los países con ingresos altos y medios (88%) han realizado estudios que atribuyen valores monetarios a la diversidad biológica. El 70% de los últimos informes nacionales presentados al CDB incluyen información que sugiere que se han realizado avances en el logro de esta meta, la formulación de políticas que toman en cuenta la diversidad biológica en la planificación espacial y del uso de la tierra, el desarrollo local y los planes de reducción de la pobreza (Secretaría del CDB, 2014).
En el Perú, se tienen avances importantes en la construcción de un documento de “Cuenta Satélite Ambientales”, elaborado como primera aproximación por el Ministerio del Ambiente. Además, se tienen investigaciones importantes en valoración ambiental, políticas sobre diversidad biológica, normativa sobre pagos por servicios de los ecosistemas, pero aún se está en proceso en considerarlas en la planificación espacial intersectorial y en la integración en la gestión y el uso de la tierra. Las priorizaciones económicas para mantener e incrementar el crecimiento económico priorizan actividades de inversiones en actividades mineras, de hidrocarburos y de extracción de recursos hidrobiológicos especialmente la anchoveta (Engraulis rigens), para ser reflejadas en las divisas y la generación de empleo, para lo cual se han aprobado normas que flexibilidades las exigencias ambientales, porque son consideradas trabas para el crecimiento económico. Se espera que estas políticas sean reenfocadas por los resultados que producirán en el largo plazo.
Los países tienen
que modernizar sus economías hacia la implementación del pago por los servicios
de los ecosistemas y las compensaciones económicas. Los resultados presentados
nos llevan a modernizar mecanismos de gestión y no seguir insistiendo que sean pagos
voluntarios, sincerar los flujos económicos incorporando el capital ambiental,
base para el ordenamiento territorial y las inversiones responsables, enfocados
a crecer y desarrollarnos, sobre la base de productos brutos internos verdes.
Meta 3: Incentivos reformados
Para 2020, a más tardar, se habrán eliminado, eliminado gradualmente o reformado los incentivos, incluidos los subsidios, perjudiciales para la diversidad biológica, a fin de reducir al mínimo o evitar los impactos negativos, y se habrán desarrollado y aplicado incentivos positivos para la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica de conformidad con el Convenio y otras obligaciones internacionales pertinentes y en armonía con ellos, tomando en cuenta las condiciones socioeconómicas nacionales.
Los incentivos y subsidios perjudiciales para la diversidad biológica no han sido abordados por los países en su eliminación gradual o eliminación (Secretaría CDB, 2014). Los incentivos y subsidios perjudiciales están relacionados por lo general con el crecimiento económico y favorecer las inversiones, con la justificación de evitar el desempleo y la inflación que los lleve a una desaceleración y recesión económica. Estos modelos de crecimiento económico de corto plazo deben ser reenfocados debido a que nos están llevando a un caos global, haciendo peligrar la supervivencia humana y con efectos que podemos todos visualizar como la extinción de especies y el colapso de ecosistemas, con efectos económicos muy altos, los que se van han incrementar con los efectos del cambio climático. Entonces, nos tenemos que preguntar los incentivos y subsidios para crecer económicamente siguen la dirección de la evolución? Necesitamos crecer a costa de la depreciación del capital natural? El crecimiento económico está siendo inclusivo, la brecha de la pobreza se está favoreciendo con estos incentivos y subsidios? En realidad el crecimiento económico conlleva a un beneficio económico para todos?
Las Naciones Unidas vienen jugando un papel catalizador para el cambio de paradigmas económicos haciendo que los países cambien sus economías hacia modelos inteligentes, la economía verde, inclusiva socialmente, con bajas emisiones de gases de efecto invernadero y principalmente teniendo en cuenta la sostenibilidad de los ecosistemas, sus bienes y servicios.
Los incentivos
positivos para la conservación se vienen aplicando en muchos países, pero aún
son insuficientes o se vienen aplicando a nivel piloto. Por ello, se requiere
internalizar las externalidades negativas a los ecosistemas que afectan su
salud, ingresando los costos ambientales a los procesos productivos del flujo
económico. La responsabilidad de las empresas, las familias y el Estado de internalizar
los costos de descontaminación, restauración de los ecosistemas y, mantener una
producción y consumo sostenible, dentro de los límites ecológicos.
Meta 4: Producción y consumo sostenibles.
Para 2020, a más tardar, los Gobiernos, las
empresas y partes interesadas de todos los niveles habrán adoptado medidas o
habrán puesto en marcha planes para lograr la sostenibilidad en la producción y
el consumo y habrán mantenido los impactos del uso de los recursos naturales
dentro de límites ecológicos seguros.
La PMDB 4 reporta
que se están usando más eficientemente los recursos naturales para la
producción de bienes y servicios, pero los niveles de consumo total siguen
incrementándose al igual que el uso de los recursos hídricos. Los seres humanos
se están apropiando de entre un 30% y un 40% de la producción total de plantas
del planeta, más del doble del volumen que se apropiaban hace un siglo. La
huella ecológica de nuestras sociedades se sigue expandiendo. Se proyecta que
para 2050 la población urbana del planeta se habrá duplicado y ello supondrá un
gran aumento de la demanda de recursos para nuevas infraestructuras. El 70% de
los países en sus quintos informes reportan avances en el logro de esta meta,
relacionadas con evaluaciones de impacto ambiental, el desarrollo de “tarifas
verdes” en relación con el turismo y la elaboración de directrices para
distintos sectores, la certificación de
madera como el Programa de Acción de Madera Sostenibles de la Unión Europea.
Es lamentable
inferir que con estos avances es poco probable que si persisten los patrones
actuales de producción y consumo se pueda mantener a los ecosistemas dentro de
límites ecológicos seguros para el 2020.
El consumo (que
incluye el consumo de las familias y el gasto público) son parte de las
variables que se incentivan en la economía para incrementar el Producto Bruto
Interno (PBI) vinculado a la producción (que incluye la inversión y las
exportaciones). En tal sentido, se requiere establecer lineamientos de
producción y consumo verde para el crecimiento económico de un PIB verde. La
oferta tiene que estar dada por empresas con responsabilidad con los
ecosistemas y sus límites ecológicos, que incluyan en los costos ambientales y
las inversiones para el pago de los servicios de los ecosistemas. La demanda
debe estar enfocada a las empresas con responsabilidad ambiental con procesos
productivos sostenibles y de bajas emisiones de CO2. La
responsabilidad social empresarial es importante para la garantizar la participación
de los beneficios y la inclusión social.
A nivel mundial se
considera que la presentación de los estudios de evaluación de impacto
ambiental, constituyen logros importantes. Sin embargo, muchos estudios son documentos
de buena voluntad, pero con limitada efectividad in situ. Lo importante es que
se cumplan en la práctica los planes, las medidas de mitigación, la
compensación, la remediación y restauración de los ecosistemas.
Es importante
anotar, en relación a la producción sostenible que el comercio de maderas
tropicales debe proceder de áreas de forestación y reforestación, no del manejo
por regeneración natural de bosques tropicales, especialmente de los bosques
tropicales por los altos índices de tala ilegal que se reportan. Se espera que
se reorienten los mecanismos REDD + no sólo para bosques, sino para todos los
ecosistemas como mecanismos de conservación y la erradicación de la pobreza.
Objetivo
estratégico B
Reducir
las presiones directas sobre la diversidad biológica y promover la utilización
sostenible.
Meta 5: Pérdida de hábitats reducida a la mitad o
disminuida.
Para 2020, se habrá reducido por lo menos a la
mitad y, donde resulte factible, se habrá reducido hasta un valor cercano a
cero el ritmo de pérdida de todos los hábitats naturales, incluidos los
bosques, y se habrá reducido de manera significativa la degradación y la fragmentación.
La pérdida de
hábitats está relacionada directamente con el comercio, el crecimiento del producto
bruto interno, el aumento de la población, el aumento de la población urbana,
la demanda de alimentos que se vincula a la ampliación de tierras agrícolas y
de pastoreo. Conforme la población
humana ha ido creciendo en número su efecto en la transformación de los
hábitats ha sido proporcional. Se tiene una población urbana del 53%[4] de la
población total y se proyecta que para el 2050 llegue a más de 6 billones de
habitantes[5]. El PBI
mundial es de US $ 74,91 billones al 2013 y en el 2005 fue de US $ 46,47
billones4, estas cifras nos indican lo importante que es ordenar el
territorio y emprender la tarea de las ciudades sostenibles.
Los ecosistemas
han evolucionado entre oscilaciones entre climas cálidos y fríos, que normalmente
duraban entre 80 000 y 100 000 años, se intercalaban períodos interglaciales
más cálidos que duraban entre 10 000 y 15 000 años. La última gran edad de hielo,
que finalizó hace unos 10 000 años, dejó casi 6 000 millones de hectáreas de
bosque, aproximadamente un 45 % de la superficie terrestre del planeta. Sin
embargo, el factor humano incidió en la
reducción de los ecosistemas, por ejemplo se tiene en la actualidad según la
FAO (2011) 4,000 millones de hectáreas, que representan cerca del 31 % de la
superficie del planeta, un promedio neto de pérdida de 360,000 hectáreas al año
(Williams, 2002 en FAO, 2012). A nivel global, la pérdida anual de bosques
disminuyó de 16 millones de hectáreas en la década de 1990 a 2000 y 13 millones
de hectáreas entre 2000 y 2010 (FAO 2011). Las mayores tasas de pérdida de
bosques tropicales en este periodo ocurrieron en Sudamérica y África (UNEP,
2012).
Las pérdidas de bosques por deforestación a nivel mundial están descendiendo pero no son suficientes. Los países que presentan mayores logros por las actividades de reforestación son China y Vietnam. El cambio de los bosques a áreas para la agricultura es una de las principales amenazas, lo extraño es la deforestación para el cultivo de plantaciones para biocombustibles. Los humedales y las praderas presentan problemas de destrucción de sus ecosistemas, manglares y otros hábitats costeros a causa de actividades tales como la acuicultura, la reclamación de tierras y la urbanización. Otro de los impulsores de pérdida de ecosistemas es la construcción de nuevas represas grandes en América del Sur, Asia y África, lo cual pone a los hábitats de agua dulce en riesgo de una mayor fragmentación.
Aproximadamente el
60% de los informes nacionales analizados para la PMDB 4 sugieren que se está
avanzando en la reducción de la pérdida de hábitats. Los avances son muy
limitados para reducir la fragmentación y la degradación, teniendo en cuenta
que los datos con mayor precisión son escasos (Secretaría CDB, 2014).
En el Perú la
deforestación es un problema ligado a la pobreza de las poblaciones rurales
migrantes, la falta de acceso al mercado para la venta de sus productos, el
centralismo asfixiante a la que son sometidos las iniciativas económicas, la
desarticulación de las instituciones del Estado, los Sectores, Gobiernos
Regionales y Gobiernos Municipales. El Ministerio de Agricultura y Riego
promueve la conversión de bosques en áreas agrícolas, proyectos de irrigación y
de construcción de grandes represas, la ganadería extensiva, la agricultura no
sostenible y las concesiones forestales involucradas en actividades ilegales
aproximadamente el 90% de ellas (Rosales,2014); el Ministerio de Energía y
Minas que otorga concesiones mineras en aras del “crecimiento económico” en
todo el territorio nacional, exceptuándose los Parques Nacionales, los
Santuarios Nacionales y los Santuarios Históricos, pero a pesar de ello se
tienen traslapes; la minería ilegal que es calificada como “minería informal”, el narcotráfico; y el tráfico de
tierras.
Es urgente la
aplicación de una buena gobernanza, la aplicación del ordenamiento territorial
y la aprobación de políticas, normativa y gestión integrada de los ecosistemas
por los sectores y gobiernos con participación ciudadana. Por estas razones la
degradación de los bosques y ecosistemas y la fragmentación constituyen los
principales impulsores de pérdida de diversidad biológica en el Perú. Por otro
lado, no debemos de restar importancia a los estudios de evaluación de impacto
ambiental, documento de buenas intenciones, pero con muy poca eficiencia de aplicarse
en el campo.
En el Perú, según
el mapa de deforestación de IBC-RAISG 2012, la superficie deforestada en el
período 2000 – 2010 en la Amazonía peruana es de 1´375,384 ha, cifra que
representa el 2% de la superficie de los bosques amazónicos hallados el 2000,
la mayor deforestación por la agricultura migratoria se ha dado fuera de los
territorios indígenas y de las áreas protegidas, que representan el 75% de la
superficie deforestada en toda la Amazonía durante la primera década del nuevo
milenio. Sin embargo, la degradación de los bosques por la tala ilegal continúa
con fuerte incidencia para el comercio de la madera especialmente en el territorio de los pueblos
indígenas, las áreas naturales protegidas y las concesiones forestales
(Rosales, 2014).
El cumplimiento de
esta meta está lejos de cumplirse el 2020, se requiere la gestión de los ecosistemas
en forma espacial, a través del monitoreo satelital. La observancia de las
leyes y la aplicación de la justicia, la
erradicación de la corrupción, la buena
gobernanza con el presupuesto efectivo por parte de las entidades del Estado
para el cumplimiento de sus funciones en el campo. El cambio de mentalidad de
las autoridades con cargos públicos cumplir sus deberes ante el Estado por vocación
de servicio y lograr un reconocimiento intergeneracional por su honestidad,
transparencia y responsabilidad. Se hace necesario implementar los cargos
públicos por carrera administrativa y no por cargos de confianza.
Meta 6: Gestión sostenible de recursos acuáticos.
Para 2020, todas las reservas de peces e
invertebrados y plantas acuáticas se gestionan y cultivan de manera sostenible
y lícita y aplicando enfoques basados en los ecosistemas, de manera tal que se
evite la pesca excesiva, se hayan establecido planes y medidas de recuperación
para todas las especies agotadas, las actividades de pesca no tengan impactos
perjudiciales importantes en las especies en peligro y los ecosistemas
vulnerables, y los impactos de la pesca en las reservas, especies y ecosistemas
se encuentren dentro de límites ecológicos seguros.
La sobrepesca y sobreexplotación
de recursos vivos marinos por el ser humano no tiene precedentes desde la
incorporación de la tecnología para las embarcaciones de pesca que las hacen
más eficientes para arrasar con las poblaciones de peces y otros organismos
marinos y de aguas continentales. La extracción de las especies sobre su
capacidad de reproducción, definitivamente afecta a largo plazo la rentabilidad
de las actividades pesqueras de todo el mundo y los medios de vida de millones
de personas que dependen de los recursos de los océanos y las aguas
continentales. Lo que nos llama a
entender en la necesidad de conservar y utilizar de manera sostenible la
diversidad biológica de ecosistemas marinos y de aguas continentales.
La Organización de
las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO está trabajando
hacía la sostenibilidad de las actividades de pesca de captura y acuicultura.
Según esta organización[6], la
extracción de peces al 2012 fue de 91, 3 millones de toneladas, de las cuales
79, 7 corresponden a la pesca marina. Cinco países China (13,9), Indonesia
(5,4), Estados Unidos de América (5,1), Perú
(4,8) y la Federación Rusa (4,1) aportaron el 42% de la pesca de
captura, siendo las zonas del Pacífico Noroccidental (21,5) y Pacífico Sudoriental (12,3) los que
mayor volumen de peces capturan. Las tres principales especies marinas a nivel
global son Engraulis ringens
“anchoveta”, Theragra chalcogramma
“colín de Alaska” y Katsuwonus pelamis
“listado”, con 4,7, 3,3 y 2,8 millones de toneladas al 2012, respectivamente. El
comercio internacional está representado por la mayor demanda de los países
desarrollados aproximadamente 30 millones de toneladas. Japón y Estados Unidos
de América son los mayores importadores; y, los exportadores, China (18,2 millones de toneladas), Noruega
(8,9) y Tailandia (8,1). Además, de las altas tasas de captura de recursos
marinos vivos por la mayor demanda ligada al crecimiento de la población
mundial, de un consumo de 18,9 kg/año per cápita al 2010, se tienen las
pérdidas post capturas de 1,300 millones de toneladas anuales, un tercio de la
producción mundial para consumo humano, considerando no sólo la pérdida del pescado y la calidad, sino
también su valor en el mercado. Los escenarios optimistas futuros proyectan que
las capturas de la pesca pasarán los 90 millones de toneladas y que la
producción acuícola bordeará los 100 millones de toneladas, además de
incrementar la demanda de aceite de pescado en el mejor escenario al 50%,
mientras que la harina de pescado quedaría en el 10% (FAO, 2014).
Los resultados de la aplicación de esta meta reportan a nivel mundial en que la pesca sigue siendo
un gran problema, con cerca del 30% de las poblaciones de peces definidas como
sobreexplotadas. Según Worm et al. (2009),
el 63% de 166 poblaciones de peces
evaluadas (la mayoría de ellas correspondientes a actividades pesqueras
nacionales bien gestionadas en países desarrollados) tienen niveles de biomasa
inferiores a lo requerido para obtener el máximo rendimiento sostenible (MRS)
con capacidad de recuperación. Según Branch et al. (2011), un 28-33% de las
poblaciones evaluadas están sobreexplotadas, incluido un 7-13% que colapsaron. La sobreexplotación y
además la pesca con dinamita, la pesca de arrastre en hábitats vulnerables y
otras prácticas pesqueras destructivas siguen causando daños a arrecifes de
coral, praderas marinas, corales de agua fría y lechos de esponja. El uso de
aparejos no selectivos (arrastre y cerco) resulta en la captura de grandes
cantidades de especies que no son el objetivo, generando capturas incidentales,
estimadas en cerca del 40% del total de la captura mundial, incluidos más de
600 000 mamíferos marinos y 85 000 tortugas por año. En las regiones donde se
han implementado disminución de la tasas de explotación, las poblaciones
agotadas se han recuperado, como es el caso del Atlántico Nororiental. Otras de
las medidas importantes implementadas en algunos países son la certificación
pesquera, los sistemas de cuotas individuales transferibles, la cogestión de
las actividades pesqueras, el Código de
Conducta para la Pesca Responsable de la FAO y las Directrices Internacionales
de la FAO para la Gestión de las Capturas Incidentales y la Reducción de
Descartes, y la Política Pesquera Común de la Unión Europea que regula la pesca
en el marco de una tasa dentro de límites que permitirán obtener un máximo
rendimiento sostenible (MRS) a largo plazo (Secretaría CDB, 2014).
Los resultados
demuestran que los impactos continúan en las especies en peligro, como los
tiburones y las rayas (peces cartilaginosos), mamíferos marinos, aves marinas
y, los ecosistemas vulnerables arrecifes, arrecifes de coral, manglares,
bahías, estuarios, los avances son muy puntuales. El mismo resultado se
tiene en progresos muy leves en mantener
los niveles de captura dentro de los límites ecológicos seguros. Se está implementando
esfuerzos para la rastreabilidad en las certificaciones, relacionadas con la
sostenibilidad para el ecoetiquetado de productos de la pesca marina y
continental, a través de la cadena de custodia rastreable, la cual va coadyuvar
la ordenación pesquera.
En el Perú, hay
una prioridad política de la extracción de anchoveta (Engraulis ringens) para la transformación en harina de pescado
principalmente para el comercio externo, actividad económica de pesca excesiva que
ha venido diezmando las poblaciones de
anchoveta, teniendo en cuenta que a este impulsor de amenaza se suma la
contaminación marina, el cambio climático y el evento del El Niño Oscilación
Sur. Las mayores extracciones se dieron
entre 1964 – 1971 con volúmenes en promedio de 8 millones de toneladas para ese
periodo, siendo el año 1971 el de mayor extracción 12 millones de toneladas. La
biomasa evaluada por IMARPE los primeros meses del 2014[7],
registró 9,7 millones de toneladas y
recomendó una cuota de extracción de 2,53 millones de toneladas; sin
embargo, en octubre del 2014 presentó resultados de una biomasa de 1,5 millones
de toneladas[8]. Estos
datos nos demuestran la correcta decisión de invertir en investigación para
sustentar la sostenibilidad de la utilización de los recursos marinos vivos y la
necesidad de establecer mecanismos de manejo de las poblaciones de cuotas del
10 a 15% de la biomasa, siempre que se tengan poblaciones mayores a 6 millones
de toneladas. El mecanismo del principio precautorio es una decisión de ahorro
de capital natural para mejorar la rentabilidad económica y la mejora de la
cartera financiera ecológica. En el Perú, el Instituto del Mar del Perú juega
un rol fundamental, como entidad científica, para promover la sostenibilidad de
los ecosistemas marinos costeros, lo deseable es que esta institución sea
independiente del Ministerio de la Producción, a fin de evitar influencias
políticas de los gobiernos de turno.
Las poblaciones de
especies amenazadas marinas en el Perú, cuyas poblaciones registran descensos
estas últimas décadas como la sardina (Sardinops
sagax sagax), la merluza (Merluccius gayi peruanus), el
pulpo (Octopus spp.), los erizos
(Echinoidea), los cangrejos (Platyxanthus
orbignyi) y el lenguado (Paralichthys
adspersus)[9], aún no tienen una categoría de especie amenazada.
El manejo pesquero
dentro de máximo rendimiento sostenible con enfoque ecosistémico y dentro de
límites ecológicos seguros, depende de medidas políticas no centradas
únicamente en favorecer en primer orden a la pesca industrial de gran escala
sobre la pesca artesanal. La regulación del ordenamiento pesquero debe
cumplirse, cuyos recursos recaudados por el Estado de esta actividad financie
las actividades de conservación y de gestión. La pesca artesanal debe estar
orientada hacia el co-manejo de los ecosistemas marinos costeros. La
recuperación de ecosistemas marino costeros (bahías, estuarios, bancos de
recursos marinos, manglares) y de poblaciones de especies amenazadas con el
ordenamiento espacial, la creación de áreas marinas protegidas y las vedas con
certificación, medidas que coadyuvarán a la utilización sostenible de re los
recursos marinos vivos con inclusión social.
En el marco de la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible Rio+20 y la
agenda para el desarrollo después de 2015, la FAO está promoviendo el
crecimiento azul”como un enfoque coherente para la
ordenación sostenible, integrada y sensible en términos socioeconomicos de los océanos y humedales. Para
la FAO, esto significa centrarse en cuatro componentes: la pesca de captura, la
acuicultura, los servicios de los ecosistemas y el comercio y la protección
social de las comunidades costeras.
Meta 7: Agricultura, acuicultura y silvicultura
sostenibles.
Para 2020, las zonas destinadas a agricultura,
acuicultura y silvicultura se gestionarán de manera sostenible, garantizándose
la conservación de la diversidad biológica.
El crecimiento de la población humana en más de
7.2 mil millones de personas requiere urgentemente aplicar prácticas
sostenibles y adoptarlas de la manera más extendida posible, no podemos
hipotecar el futuro de nuestras generaciones futuras por intereses de grupos
económicos que influyen en los niveles políticos más altos para no cumplir o
flexibilizar las exigencias ambientales legales y las recomendaciones
científicas.
La Secretaría del CDB (2014) informa que las prácticas
no sostenibles en la agricultura, la acuicultura y la silvicultura siguen
siendo causantes de considerable degradación ambiental, incluida pérdidas de
diversidad biológica. En la agricultura, la contaminación producida por nutrientes
utilizados como fertilizante sigue teniendo efectos significativos, los esquemas
de certificación agrícola, por agricultura orgánica o de conservación, está
creciendo, pero sigue abarcando una proporción pequeña de la tierra destinada a
estas actividades. El área de silvicultura
gestionada de manera sostenible conforme a criterios de esquemas de
certificación sigue aumentando, pero aún está muy fuertemente concentrada en regiones
templadas y boreales. La acuicultura se está expandiendo a un ritmo acelerado, con
fuertes impactos sobre el medio ambiente, y una pequeña pero creciente fracción
de esta actividad está adoptando criterios de sostenibilidad. Los informes
nacionales de los países Partes examinados para la PMDB-4 incluyen metas y
compromisos referidos a la gestión sostenible, sugiere que se están logrados ciertos
avances hacia esta meta. En general, la PMDB-4 está en condiciones de afirmar que se ha avanzado en la introducción de prácticas de gestión sostenible en áreas dedicadas a la agricultura, la acuicultura y la silvicultura, pero no en la medida necesaria como para alcanzar esta meta para 2020 con las tendencias actuales.
La agricultura sostenible es la meta a la que debemos encaminar nuestros esfuerzos lo cual requiere integrar la agricultura en los paisajes como una actividad que converse con la estructura del paisaje y sus procesos productivos utilizando diferentes variedades y cultivos, fertilizantes y control de plagas orgánicos y, conservando las cuencas altas para garantizar el agua y los suelos con su uso eficiente. Es importante considerar que los agricultores rurales tengan acceso al mercado, para ello se necesita invertir en infraestructura física (carreteras, puentes, puertos, almacenes rurales) y natural (restauración de los ecosistemas). Asimismo, mencionar que la agricultura es el mayor impulsor de la pérdida y frecuentación de los ecosistemas, por ello tenemos que repensar pasar de una agricultura horizontal a una vertical, teniendo en consideración además las granjas o grandes viveros como otra alternativa, de cara al cambio climático.
La silvicultura sostenible es un reto, la cual debe desarrollarse fuera de los bosques naturales en zonas de manejo a través del cultivo de árboles, forestación y reforestación de especies con demanda en el mercado. En los bosques tropicales como el Perú el manejo forestal de maderas de rápido crecimiento de ciclo corto requiere desarrollar mecanismos financieros y de trazabilidad, para garantizar su sostenibilidad.
La acuicultura, la piscicultura y la cría son sistemas de manejo que deben estar orientadas al uso efectivo multitrófico, produciendo especies nativas, para ello se requiere fortalecer las investigaciones de la biología, ecología y crianza de las especies nativas de los países. En 2012, la acuicultura estableció otro máximo histórico de producción y ahora proporciona casi la mitad del pescado destinado a la alimentación humana. La buena noticia es que los países del Asia están invirtiendo en la producción acuícola de peces, crustáceos y moluscos. Al 2012 (FAO, 2014), esta actividad económica ha producido 66,6 millones de toneladas, correspondiendo al área continental 41,9 y marítima 24,7 millones de toneladas, ha generado 2 776 millones de dólares, siendo Asia el que tiene la mayor producción 58,9 millones de toneladas 61,69% de la producción total, a diferencia de América Latina que ha producido 2,6 millones de toneladas. Los países que presentan las mayores producciones son China, India y Vietnam, con 41,1, 4,2 y 3,1 millones de toneladas al 2012, respectivamente. El cultivo de Plantas acuáticas[10] como algas es otra actividad creciente en Asia, al 2012 se tuvo una producción de 23,8 millones de toneladas a diferencia de la producción de 3,8 millones de toneladas en 1990. Los países de China (12,8 millones de toneladas), Indonesia (6,5) y Filipinas (1,2) son los principales productores de plantas acuáticas, China produjo el 53,97% de la producción total el año 2012. Se prevé que la acuicultura se incremente en un 62% para el 2030.
En el Perú, la agricultura rural sigue siendo de subsistencia, los agricultores conservacionistas de variedades nativas no tienen acceso al mercado ni a créditos. La agricultura de exportación principalmente de variedades no nativas, tiene un aporte de divisas significativo (3 280,2 millones de dólares al 2012[11] ), quinto lugar en el PIB al 2013[11] . El comercio de madera proviene en su mayor porcentaje de bosques no manejados sin trabajos silviculturales, genera menos del 1% del PIB. La acuicultura es incipiente y se centra principalmente en la producción de trucha.
Para lograr la sostenibilidad de estas actividades económicas se requiere
inversiones en infraestructura, investigación y la generación de personal con
capacidad tecnológica agropecuaria, forestal y acuícola, formaciones técnicas
no fomentadas en el país.
Meta 8: Contaminación reducida.
Para 2020, se habrá llevado la contaminación, incluida
aquella producida por exceso de nutrientes, a niveles que no resulten perjudiciales
para el funcionamiento de los ecosistemas y la diversidad biológica.
El cambio de la química
de los cuerpos de aguas continentales y costeras marinas, por los procesos de
actividades humanas, así como de la atmósfera y de los suelos, requiere
interiorizar que todo lo que está a nuestro alrededor, los ecosistemas,
presentan límites ecológicos, por lo cual debemos de tratar todos nuestros
residuos previos a la liberación a los ecosistemas. Muchos ecosistemas vienen
siendo diezmados como los humedales, las bahías, los estuarios, los ríos, las
lagunas, llegando a colapsar muchos de ellos. La contaminación por nitrógeno y
fósforo es una amenaza a la diversidad biológica y a los servicios de los
ecosistemas a nivel mundial. El proceso ecológico de la polinización se ve
afectado por la contaminación química, trascendental para nuestra seguridad alimentaria
y la productividad de los ecosistemas.
Las medidas
adoptadas en Europa y América del Norte, son las más avanzadas, pero a niveles
que aún son perjudiciales para la diversidad biológica. Las proyecciones
muestran que el exceso de nitrógeno y fósforo en el ambiente continuará más
allá de 2020, principalmente en Asia, América del Sur y Central y el África
subsahariana. Los plásticos presentan impactos en los ecosistemas marinos, los
metales pesados, los disruptores endocrinos y los plaguicidas, que algunos
estudios han identificado que perjudican a insectos polinizadores y poblaciones
de aves. Los derrames de petróleo en el
mar han disminuido lo que se mantiene en ecosistemas terrestres. Estudios
realizados sobre la estabilización de las concentraciones de gases de efecto
invernadero en la atmósfera a un nivel que pueda prevenir la interferencia
antropogénica peligrosa con el sistema climático proyectan que probablemente se
sobrepase el límite de 2°C si no hay un mayor compromiso y acciones adicionales;
asimismo, la contaminación atmosférica por bióxido de azufre disminuirá por la
desulfuración mundial con excepción de algunos países de Asia y se espera se recupere la capa de ozono para
mediados del siglo (UNEP. 2012).
La conclusión general
es que las tendencias actuales se están alejando de la meta de bajar el exceso
de nutrientes a niveles que no sean perjudiciales para el funcionamiento de los
ecosistemas y para la diversidad biológica (Secretaría CBD, 2014). Estos resultados nos permiten retroalimentar
nuestras estrategias. Entonces, vemos la necesidad de incluir los costos de la
descontaminación, con todos los procesos que éstos incluyan, en las
producciones de los bienes y servicios de las actividades humanas.
Meta 9: Prevención y control de especies exóticas
invasoras.
Para 2020, se habrán identificado y priorizado las
especies exóticas invasoras y vías de introducción, se habrán controlado o
erradicado las especies prioritarias y se habrán establecido medidas para gestionar
las vías de introducción a fin de evitar su introducción y establecimiento.
Las especies exóticas invasoras en los países son el
producto del intercambio comercial y en muchos de la colonización, cuyas
implicancias negativas las venimos observando con mayor grado en estas décadas.
La Secretaría de la CBD (2014) refiere las especies exóticas invasoras han contribuido a más de la mitad de las extinciones de animales para las cuales se conoce la causa. Los países vienen identificando y priorizando las especies exóticas invasoras, así como identificando las vías de introducción, pero los controles fronterizos son débiles porque no se gestiona aún los ingresos ni sus riesgos. Los esfuerzos realizados hasta el momento siguen siendo contrarrestados por el ritmo mundial de introducciones de especies exóticas invasoras, que no muestra señal alguna de desacelerarse.
En el Perú, se ha elaborado la lista de especies exóticas invasoras, la propuesta de un plan de acción que deberá implementarse a nivel nacional, requiriéndose de prioridades las acciones de erradicación.
Meta 10: Ecosistemas vulnerables al cambio climático.
Para 2015, se habrán reducido al mínimo las múltiples presiones antropógenas sobre los arrecifes de coral y otros ecosistemas vulnerables afectados por el cambio climático o la acidificación de los océanos, a fin de mantener su integridad y funcionamiento.
El cambio climático refleja el alejamiento de la humanidad de los ecosistemas, traducido en la producción para llegar a un crecimiento económico destructivo y no inclusivo socialmente. Es una pena que conforme pasan los años podamos observar, muestra generación sus negativos efectos. Todos los ecosistemas, unos en mayor intensidad que otros, están siendo afectados. La mitigación y la adaptación son los caminos que estamos obligados a seguir.
Garantizar la resiliencia de estos ecosistemas es una medida de inversión económica a establecer en todos los presupuestos de los países, la protección de las áreas protegidas y la restauración de los ecosistemas, entre los principales. Estas acciones son urgentes por ello en las Metas de Aichi quedó reflejada como meta para el año 2015, en vez del año 2020 como en la mayoría de las demás.
Los ecosistemas más amenazados y estudiados como los corales presentan mayores repercusiones negativas a su salud, casi un tercio (30%) en el decenio terminado en 2007, el último período evaluado (Secretaría CDB, 2014). Los ecosistemas de montañas con la pérdida de glaciares, los marinos costeros con la acidificación de sus aguas y el incremento del nivel de los cuerpos de agua continentales en los bosques húmedos tropicales, constituyen espacios donde las actividades económicas se desarrollen bajo un esquema de manejo y gestión adaptativa.
Lo importante es entender que las amenazas a los ecosistemas no son aisladas de los diferentes impulsores para la pérdida de la diversidad biológica, lo trágico es que se suceden en forma acumulativa en un mismo espacio, siendo lo dramático los efectos del cambio climático que no tiene vuelta atrás. Países como el Perú[12] vulnerables al cambio climático deberíamos estar trabajando con las escenarios futuros para la aplicación de las inversiones económicas en las medidas de adaptación, con una plataforma científica – normativa con una estructura descentralizada. Las medidas de mitigación deben estar vinculadas a la protección de los bosques y su restauración, implementando mecanismos de compensación económica para las poblaciones locales y pueblos indígenas.
Objetivo
estratégico C
Mejorar
la situación de la diversidad biológica salvaguardando los ecosistemas, las especies
y la diversidad genética.
Meta 11: Áreas protegidas
Para 2020, al menos el 17 por ciento de las zonas
terrestres y de aguas continentales y el 10 por ciento de las zonas marinas y costeras,
especialmente aquellas de particular importancia para la diversidad biológica y
los servicios de los ecosistemas, se conservan por medio de sistemas de áreas
protegidas administrados de manera eficaz y equitativa, ecológicamente
representativos y bien conectados y otras medidas de conservación eficaces
basadas en áreas, y están integradas en los paisajes terrestres y marinos más amplios.
La creación de
áreas protegidas a nivel global ha ido creciendo en extensión, en 1962 se
registraron 9 214 áreas protegidas, 1992 se quintuplico a 48,388 áreas
protegidas y en el 2014 se tienen 209 429
ha crecido el número de áreas protegidas veintidós veces más en relación al año
1962 que corresponden al 14% de la superficie terrestre y el 3,41% de área
marina global, conforme a los datos presentados en la publicación del año 2014,
titulada United Nations List of Protected Areas (Deguignet et al., 2014). En el
año 2012, se registró el 12,7% de protección de áreas terrestres y de aguas
continentales, 1,6% de áreas globales oceánicas, 4% de áreas marinas bajo
jurisdicción nacional y el 7,2% de áreas marinas costeras (Bertzky et al.,
2012).
A pesar del
crecimiento del número de áreas protegidas, es preocupante alcanzar el Objetivo
11 de Aichi, llegar por lo menos al 17% de ecosistemas terrestres y
continentales y, el 10% de zonas marinas costeras, sistemas de áreas protegidas
en una economía marrón que en muchos países se considera a las áreas protegidas
como obstáculos para el “crecimiento económico”.
La
representatividad de la diversidad de regiones ecológicas del planeta e incluir
los sitios más críticos para las especies amenazadas y la conexión entre ellas gestionadas de manera
eficaz y equitativa son acciones estratégicas que están avanzando más
lentamente. La integración de las áreas protegidas a los paisajes terrestres y
marinos aún requiere mayor esfuerzo, demanda
la priorización de un ordenamiento territorial del paisaje en función de sus
límites ecológicos y capacidades, teniendo en consideración la gestión
participativa y el co-manejo con las poblaciones locales.
Las últimas
estrategias y planes de acción nacionales sobre biodiversidad indican que la
mayoría de los países se han fijado metas para mejorar la cobertura de áreas
protegidas, aunque son relativamente pocas las que abordan cuestiones de representatividad
ecológica, conectividad y eficacia de gestión. Casi todos los quintos informes
nacionales evaluados para la PMDB 4 sugieren que se están logrando ciertos avances
hacia esta meta (Secretaría CBD, 2014). En el Perú hay una tendencia de la última
década de no establecer áreas protegidas nuevas, sino áreas de conservación
privada o áreas de conservación regional, desafectar áreas protegidas con
predominancia de actividades humanas.
En la reunión del Congreso
Mundial de Parques de la IUCN realizado en Sídney, Australia del 12 al 19 de
noviembre de 2014, participaron más de 6000 de 168 países. En la “Promesa de
Sídney: Visión” los participantes reconocieron una enorme variedad de formas
inspiradoras de responder a los retos que enfrenta nuestro planeta, por medio
de enfoques de áreas protegidas que respetan y conservan la naturaleza a la vez
que benefician la salud y bienestar humano, mostraron acuerdo que es
fundamental reencontrar el equilibrio en la relación entre la sociedad humana y
la naturaleza, y que los ecosistemas y la variedad de vida que encierran son
indispensables para nuestra existencia, identidad cultural y espiritual, nuestras
economías y bienestar. Prometieron, entre otros, vigorizar los esfuerzos para garantizar que las áreas protegidas no
retrocedan sino que avancen[13 y colaborar para promover
economías sostenibles y equitativas que respetan los límites planetarios y la
justicia social (IUCN, 2014).
Meta 12: Reducir el riesgo de extinción.
Para 2020, se
habrá evitado la extinción de especies en peligro identificadas y su estado de
conservación se habrá mejorado y sostenido, especialmente para las especies en
mayor declive.
Las tendencias de
las especies amenazadas ha ido creciendo con pendiente positiva, de las más de
76,199 especies evaluadas se tienen más de 22,413 especies amenazadas. Los
grupos taxonómicos más amenazados son las plantas con flor (9905), peces (2,222),
anfibios (1,957), moluscos (1,950) y aves (1,373). De las comparaciones de los
registros de 1996 al 2014, en plantas han pasado de 909 especies en peligro
crítico en el año 1996 a más de su doble 2,119 especies en el año 2014;
anfibios de 18 a 518 especies; y, moluscos de 257 a 578 especies, incrementos que se dan también para los otros
grupos taxonómicos. A nivel global se tienen 733 especies extintas, el mayor
número es para los gasterópoda (282) seguida por las aves (140). En el Perú se
tiene 642 especies amenazadas, de las cuales los taxones más amenazados son las especies de
plantas (318), de aves (121) y de anfibios (111), IUCN (2014) [14].
Como se puede
comprobar con los registros de las especies amenazadas no ha habido avances en
esta meta de evitar la extinción de las especies en peligro identificadas, no se ha mejorado el estado de conservación
de las especies en mayor declive, como se registran en los datos de la lista
roja de especies amenazadas, los grupos taxonómicos de mayor amenaza, los
peces, las aves, los anfibios y las plantas con flor han venido incrementando
el número de especies amenazadas.
De acuerdo a lo
reportado por la Secretaría CBD (2014), alrededor de dos tercios de los informes nacionales evaluados para la PMDB 4
sugieren que se están logrando ciertos avances hacia el logro de esta meta.
Además, su evaluación refiere que no habido progreso significativo general de
evitar la extinción de especies en peligro identificadas.
Los datos del
número de las especies amenazadas están
correlacionados con el incremento de los hábitats destruidos, fragmentados y
degradados en el planeta. Se hace
necesario que los países retomen esfuerzos para proteger las especies
amenazadas a través de planes de acción específicos, acuerdos nacionales e
internacionales, el control del comercio ilegal y la implementación de la
trazabilidad de las especies sujetas a comercio. Los países han centrado sus
esfuerzos únicamente a elaborar sus listas de especies amenazadas.
En el Perú, las
áreas protegidas no tienen como prioridad la implementación de planes de acción
para las especies amenazadas. Por otro lado, hace dos décadas atrás se inició
una corriente de no priorizar planes o programas para las especies amenazadas
sino priorizar la parte operativa de la gestión de áreas protegidas. El
resultado de no priorizar el nivel de especies amenazadas nos está mostrando
los avances nulos y el incremento del número de especies en peligro crítico.
Meta 13: Salvaguardar la diversidad genética.
Para 2020, se mantiene la diversidad genética de
las especies vegetales cultivadas y de los animales de granja y domesticados y
de las especies silvestres emparentadas, incluidas otras especies de valor
socioeconómico y cultural, y se han desarrollado y puesto en práctica
estrategias para reducir al mínimo la erosión genética y salvaguardar su diversidad genética.
De acuerdo a los
resultados evaluados por la Secretaría CDB (2014), se viene teniendo progresos
en mantener la diversidad genética de las especies vegetales cultivadas y de
los animales de granja y domesticados, pero no se tienen progresos en la
protección de las especies silvestres parientes de las especies cultivadas, por
los problemas en la destrucción de los hábitats, no está priorizado en los
ámbitos de las áreas protegidas y las estrategias y planes del cambio
climático. Los países presentan resultados positivos en considerar su
conservación en las estrategias de diversidad biológica.
La conservación la
diversidad genética de las especies cultivadas y de los animales de granjas y
domesticados constituye un mecanismos para mejorar la capacidad de adaptación
de los sistemas agrícolas y granja dadas los efectos presentes y futuros del
cambio climático, la mejora de la productividad orgánica, la seguridad
alimentaria y la erradicación de la pobreza extrema.
Para llegar a la
meta el 2020 necesitamos generar incentivos para la conservación ex situ del
germoplasma de especies cultivadas, especialmente de las especies silvestres
parientes de las especies cultivadas, el acceso a los mercados para los
agricultores rurales conservacionistas, fomentar los cultivos nativos en la
dieta alimentaria de las áreas urbanas.
A este respecto,
cabe mencionar la preocupación por atender estudios y mecanismos de
conservación para la diversidad genética de las especies silvestres endémicas y
amenazadas.
Objetivo
estratégico D
Aumentar
los beneficios de la diversidad biológica y los servicios de los ecosistemas
para todos.
Meta 14: Servicios de los ecosistemas.
Para 2020, se han restaurado y salvaguardado los
ecosistemas que proporcionan servicios esenciales, incluidos servicios
relacionados con el agua, y que contribuyen a la salud, los medios de vida y el
bienestar, tomando en cuenta las necesidades de las mujeres, las comunidades
indígenas y locales y los pobres y vulnerables.
Los países vienen desarrollando planes de gestión de
ecosistemas, el mantenimiento de cuencas hidrográficas de importancia crítica y la formulación de
planes para su gestión. Los informes nacionales prácticamente no hacen
referencia a las necesidades de las mujeres, las comunidades indígenas y locales y los sectores pobres y
vulnerables y si estos grupos están siendo tomados en cuenta. En general, la
evidencia disponible muestra escasos indicios de que se esté avanzando para
alcanzar la meta para la fecha límite de 2020 y en el caso de servicios de
particular importancia para las comunidades indígenas y locales, las mujeres y
los sectores pobres y vulnerables la tendencia parecería estar yendo en dirección
contraria (Secretaría CDB, 2014).
Los países tienen
que evaluar el porcentaje de servicios de los ecosistemas que se están
deteriorando. En el Perú, los servicios de los ecosistemas que observamos
deteriorados son los procedentes de las bahías, los manglares, las turberas,
las lomas, los ríos de la costa y de las montañas influenciados por las
actividades mineras, las áreas de bosques, sus cochas y ríos afectados por
actividades de extracción de hidrocarburos y de la minería, con mayor énfasis
la ilegal. A nivel global, tenemos servicios de los ecosistemas marinos
colapsados, en el 2013 el puntaje del
índice para océanos dentro de zonas económicas exclusivas (ZEE) era de 65 sobre
100, el índice varía de país a país,
desde un mínimo de 41 a un máximo de 94 (Secretaría CBD, 2014). El
derretimiento de los hielos marinos del Ártico y de los glaciares tropicales,
vinculado al cambio climático, nos muestra un precedente acelerado influenciado
por actividades humanas. En el Perú, 200 km2 (nueve veces la extensión del distrito de
Lima) de glaciares en la cordillera Blanca ha desaparecido, desde 1970 por el
cambio climático. Las cordilleras nevadas en los últimos 40 años han registrado
una pérdida en superficie de 42,64% con respecto al año 1970 (ANA, 2014).
Esta meta es
crucial para mejorar la conectividad de los ecosistemas que tendrían efectos
positivos directamente en la salud y el bienestar humano, tanto en aspectos
económicos como físicos, materiales,
culturales y espirituales. Además, es una meta que incluye las necesidades de
los pobres, las mujeres y las comunidades indígenas y locales, por ello los
indicadores tienen que ser aún más inclusivos y relacionados con el desarrollo
sostenible.
De cara al futuro
y en busca de la sostenibilidad de los ecosistemas y sus servicios se observa
que tenemos que cambiar nuestros paradigmas para el rediseño de las ciudades,
los lineamientos para las ciudades sostenibles constituyen un gran avance; no
obstante, se requiere concentrar las ciudades verticales integradas a espacios
verdes externos e internos, manteniendo el mayor porcentaje de la superficie
terrestre (60%) y acuática (40%) con
ecosistemas para usos indirectos. Las actividades de agricultura son las que
mayor área utilizan a nivel global por ello se necesita volver a los sistemas
de producción en andenes.
Meta 15: Restauración y resiliencia de los
ecosistemas
Para 2020, se habrá incrementado la resiliencia de
los ecosistemas y la contribución de la diversidad biológica a la reservas de carbono,
mediante la conservación y la restauración, incluida la restauración de por lo
menos el 15 por ciento de las tierras degradadas, contribuyendo así a la
mitigación del cambio climático y a la adaptación a este, así como a la lucha
contra la desertificación.
El incremento de la resiliencia de los ecosistemas y
la contribución de la diversidad biológica a las reservas de carbono está en
construcción para muchos países, no se tienen avances cuantitativos; sin
embargo, a nivel global los avances no son los esperados para cumplir con la
meta al 2020. La ciencia como la práctica de restauración de ecosistemas ha
avanzado considerablemente en las últimas décadas, se está desarrollando
actividades de restauración para algunos ecosistemas agotados o degradados, en particular
humedales y bosques, por ejemplo en China.
Por otro lado, el abandono de tierras agrícolas en algunas regiones de Europa, América
del Norte y Asia Oriental está facilitando la ‘restauración pasiva’ a una
escala importante. Varios países han fijado metas relacionadas con la
restauración de ecosistemas, Bélgica, Belarús, el Brasil, Dominica, Japón,
Malta, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y la Unión Europea,
Australia, Namibia. Alrededor de tres cuartos de los informes nacionales evaluados
para la PMDB 4 sugieren que se están logrando avances hacia esta meta
(Secretaría CBD, 2014).
Esta meta es
determinante para contribuir en contrarrestar la pérdida de la diversidad
biológica, la conservación in situ no es suficiente, necesitamos ser más
proactivos, para ello tenemos que generar incentivos que beneficie directamente
para las poblaciones locales, como lo está haciendo China con una inversión US
$ 80 000 millones para su programa de “Conversión de Tierras Agrícolas a
Bosques”, ellos prohibieron la tala en la mayoría de los bosques naturales y se
impuso la obligación de terraplenar las tierras cultivadas con pendientes de
más de 25 grados o de restaurarlas con
vegetación que proteja contra la erosión, para compensar la pérdida de terrenos
agrícolas, los agricultores reciben subsidios y granos, y se quedan con todas
las ganancias generadas por bosques y praderas restauradas. Por ello, China ha
aumentado sistemáticamente la reforestación de 482 000 km2 y la
cubierta forestal aumentó en un 23% con respecto a la de hace una década.
Para el
cumplimiento de esta meta se requiere que los países inviertan en
infraestructura natural, proyectos de inversión que generarían empleo, control
de la erosión, prevención y mitigación de desastres por efecto del cambio
climático, agua de calidad, regulación de la temperatura, repoblación de
especies de la vida silvestre con procesos de extinciones locales, entre otros.
Los beneficios económicos tangibles e intangibles son positivos, pero para ello
debemos beneficiar e incluir económicamente a las comunidades indígenas y
locales, lo cual contribuirá con reducir la pobreza de las poblaciones rurales.
Meta 16: Acceso a los recursos genéticos y
distribución de beneficios.
Para 2015, el Protocolo de Nagoya sobre
Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios
que se Deriven de su Utilización estará en vigor y en funcionamiento, conforme
a la legislación nacional.
El Protocolo de
Nagoya entro en vigor en la Décimo Segunda Conferencia de las Partes del
Convenio sobre Diversidad Biológica, cuenta con 52 Países Partes y 92 Firmas,
con lo cual se ha cumplido con la meta. Los países Partes vienen implementando
el Protocolo conforme a su legislación (Secretaría CDB, 2014).
El Protocolo de Nagoya es el resultado de los mejores
esfuerzos de los países para el cumplimiento del tercer objetivo del “Convenio
sobre Diversidad Biológica”, referido a la participación justa y equitativa de
los beneficios derivados de los recursos genéticos. Es un mecanismo que
establece las condiciones para la participación de beneficios del acceso a los
recursos genéticos conforme a la legislación nacional que coadyuvará con la
conservación de la diversidad biológica, establece un orden de compensación
para los países de origen y las comunidades indígenas y locales que contribuyen
con sus conocimientos tradicionales. No obstante, tenemos que estar claros que
debemos mejorar nuestras tecnologías e innovaciones para tener más ventajas en
los beneficios derivados de los recursos genéticos, especialmente los países en
desarrollo. El funcionamiento del Protocolo conforme a la legislación nacional
es una tarea pendiente.
El Perú, tiene una
legislación nacional el Decreto Supremo Nº 003-2009-MINAM basada en la Decisión
Nº 391 del año 1996 de la Comunidad Andina de Naciones que requiere actualizarse
conforme al Protocolo de Nagoya y a los escenarios actuales y futuros de la
tecnología física, química y biológica.
Objetivo estratégico E Mejorar la implementación a través de la planificación participativa, la
gestión de los conocimientos y la creación de capacidad del Convenio. Meta 17: Estrategias y planes de acción
sobre biodiversidad. Para 2015, cada Parte habrá elaborado,
habrá adoptado como un instrumento de
política y habrá comenzado a poner en práctica una estrategia y un plan de
acción nacionales en materia de diversidad biológica (EPANBs) eficaces, participativos y
actualizados.
Los países
conforme al “Convenio sobre Diversidad Biológica” en su artículo 6 establece
que cada Parte Contratante, con arreglo a sus condiciones y capacidades
particulares deberá elaborar estrategias, planes o programas nacionales para la
conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica o adaptará
para ese fin las estrategias, planes o programas existentes, que habrán de
reflejar, entre otras cosas, las medidas establecidas en el Convenio que sean
pertinentes para la Parte Contratante interesada; y debe integrar, en la medida
de lo posible y según proceda, la conservación y la utilización sostenible de
la diversidad biológica en los planes, programas y políticas sectoriales o
intersectoriales.
Los países de un
total de 179 de las 194 Partes en el Convenio han elaborado EPANBs y los datos
de por lo menos 57 de éstas siguen teniendo vigencia, otras se encuentran
actualizándolas, se prevé que más del 40% habrán completado sus EPANBs antes de
octubre de 2014 y que alrededor del 90% las habrá completado antes de fines de
2015, lo cual nos muestra que los países están cumpliendo con esta meta
(Secretaría CDB, 2014). La puesta en práctica y su integración a los planes,
programas y políticas sectoriales e intersectoriales es un camino por recorrer
necesario.
El proceso de
elaboración de la estrategia y su plan de acción debería estar coordinado como
responsable político y técnico económico el Ministerio de Economía de los Países y las
oficinas descentralizadas a nivel
nacional, para mejorar su efectividad.
Meta 18: Conocimientos tradicionales
Para 2020, se respetan los conocimientos,
las innovaciones y las prácticas tradicionales de las comunidades indígenas y
locales pertinentes para la conservación y la utilización sostenible de la
diversidad biológica, y su uso consuetudinario de los recursos biológicos,
sujeto a la legislación nacional y a las obligaciones internacionales
pertinentes, y se integran plenamente y reflejan en la aplicación del Convenio
con la participación plena y efectiva de las comunidades indígenas y locales en
todos los niveles pertinentes.
El respeto a los conocimientos, las innovaciones y las
prácticas tradicionales de las comunidades indígenas y locales vinculados a la
diversidad biológica se viene desarrollando con la participación de ellas. Más del 60% de los informes nacionales
evaluados para la PMDB 4 indican avances hacia el
logro de esta meta, destacándose acciones tales como el apoyo a la gestión
tradicional de recursos naturales (Japón, Myanmar y Sudáfrica) y gestión
participativa de bosques y áreas protegidas (Nepal), pero aún son insuficientes para alcanzar la meta para
2020 (Secretaría CBD, 2014).
Se vienen dando la
extinción de lenguas, una en Finlandia, una en Alaska, una en Canadá y 18 en la
Federación de Rusia. Veintiocho lenguas clasificadas como en peligro crítico de
extinción requieren atención urgente o de lo contrario se perderán también para
siempre. En el Perú, igualmente tenemos una disminución del número de
individuos que hablan lenguas nativas,
DIGEIBIR (2014) señala que tenemos 47 lenguas vigentes y 37 extintas[15].
Los conocimientos
tradicionales relacionados con la diversidad son esenciales para la toma de
decisiones en la gestión y conservación de la diversidad biológica. Es el
resultado de la observación de las comunidades indígenas de los procesos y
variables biológicas o ecológicas, donde
a través de la prueba y error han probado sus hipótesis para adoptar teorías
estratégicas de respuesta ante estas variables y crear su bienestar, riqueza
fuera de la dimensión de las fuerzas y poder de
mercado en una economía convencional. Este conocimiento por ello es muy
valiosos porque refleja en sus lenguas los códigos diseñados de la interrelación
con la naturaleza y su cosmovisión en un escenario de tiempo y espacio
determinado.
Meta 19: Compartiendo información y
conocimientos.
Para 2020, se habrá avanzado en los
conocimientos, la base científica y las tecnologías referidas a la diversidad
biológica, sus valores y funcionamiento, su estado y tendencias y las
consecuencias de su pérdida, y tales conocimientos y tecnologías serán
ampliamente compartidos, transferidos y aplicados.
Los avances en los
conocimientos científicos y las tecnologías referidas a la diversidad biológica,
sus valores y funcionamiento, su estado y tendencias y las consecuencias de su
pérdida, ha ido avanzado como lo refiere la Secretaría CDB (2014) , se tiene una gama de iniciativas nacionales, regionales
y mundiales de información sobre
diversidad biológica que incluyen redes para promover y facilitar el acceso libre y
abierto a registros digitalizados de colecciones y observaciones de historia
natural, pero existe mucha información y datos que siguen siendo inaccesibles y
en muchos países falta capacidad para movilizarlos.
La transferencia y
aplicación de los conocimientos sobre diversidad biológica está avanzando más
lentamente, no sólo es por falta de tecnología sino también por prioridades de
los países de crecimiento económico y facilitar las inversiones privadas flexibilizando
las exigencias técnicas, para minimizar el efecto negativo a los ecosistemas y
la diversidad de especies biológicas. La aplicación de los conocimientos sobre
la diversidad biológica se considera obstáculos para el crecimiento económico
de los países, principalmente de los que se encuentra en desarrollo y en
economía de transición, como se está dando en las decisiones políticas del Perú
el año 2014.
En ese sentido, no
sólo es prioritario construir o contar con la información sobre diversidad
biológica, sino más importante es aplicar estos conocimientos para la
utilización sostenible de la diversidad biológica, su aplicación en la toma de
decisiones políticas y económicas de los países.
Esta meta se hace
trascendental a nivel global, las Naciones Unidas juegan un rol preponderante y
como resultado de sus decisiones para coadyuvar los logros del Convenio sobre
Diversidad Biológica se ha creado la Plataforma Intergubernamental
Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas
(IPBES)[16], lo cual constituye un hito en las historia en
nuestro camino hacia el desarrollo sostenible.
IPBES va
fortalecer la interfaz científico-normativa sobre diversidad biológica y
servicios de los ecosistemas para la conservación y utilización sostenible de
la diversidad biológica, a fin de coadyuvar el
bienestar de los seres humanos a largo plazo y el desarrollo sostenible.
Por lo expuesto,
para mejorar la efectividad del cumplimiento del Convenio sobre Diversidad
Biológica se requiere una vigilancia internacional a los países para que no se
vulnere la naturaleza y se ponga en riesgo la sobrevivencia de la humanidad con
el incremento de los niveles de pobreza. Debemos seguir en la construcción de
una gobernanza global efectiva.
Meta 20: Movilizar recursos de todas las
fuentes.
Para 2020, a más tardar, la movilización
de recursos financieros para implementar
de manera efectiva el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011 2020
provenientes de todas las fuentes y conforme al proceso refundido y convenido
en la Estrategia para la movilización de recursos debería aumentar de manera
sustancial en relación con los niveles actuales. Esta meta estará sujeta a
cambios según las evaluaciones de recursos requeridos que realizarán y
notificarán las Partes.
Esta meta es necesaria
para aumentar la cantidad de recursos disponibles para implementar el Plan
Estratégico para la Diversidad Biológica. Alcanzar esta meta repercutirá en la
viabilidad para lograr las otras 19 metas del Plan Estratégico.
El Grupo de alto
nivel sobre evaluación mundial de los recursos para la implementación del Plan
Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 concluyó que el costo de
alcanzar las 20 Metas de Aichi para la Diversidad Biológica se ubicaría entre
los US$ 150 000 millones y los US$ 440 000 millones por año. La asistencia
oficial para el desarrollo (AOD) se ha incrementado en el período 2006 – 2012,
en lo que respecta a diversidad biológica presenta una caída de 3 a 2 millones
de dólares. El Fondo Mundial para el Ambiente (FMAM) ha aumentado con el
tiempo, con una ampliación entre el FMAM 4 y el FMAM 5, pero específicamente para
diversidad biológica se ha mantenido relativamente fija en términos absolutos
desde el FMAM 3. En la reunión de reposición de recursos del FMAM 6 los países
donantes se comprometieron a aportar US$ 4 430 millones para apoyar a los
países en desarrollo en un período de cuatro años, con fines de prevención de
la degradación del medio ambiente mundial, incluidos US$ 1 300 millones para la
diversidad biológica. Las tendencias
recientes y la información limitada de la que se dispone sugieren que si bien
se ha avanzado algo, los progresos hasta la fecha no alcanzarían para lograr la
meta en 2020. (Secretaría CBD, 2014).
De acuerdo a estos
resultados necesitamos que los países se comprometan para las inversiones en el
cumplimiento de las Metas de Aichi, a través del desarrollo de los pagos por
los servicios de los ecosistemas, las inversiones en infraestructura verde, la
inclusión en los costos de las actividades económicas para las medidas de
restauración de los ecosistemas afectados por sus actividades, tratamiento de
contaminantes generados, generación de incentivos tributarios para las
iniciativas de negocios de economías verdes y establecer procesos para la
erradicación de la corrupción en los países. Los Ministerios de Economía y
Finanzas de los países deben participar activamente para el cumplimiento de las
Metas de Aichi y en las reuniones de alto nivel de la Conferencia de las Partes
del CDB debieran participar los titulares de los Ministerios de Economía.
Conclusiones y perspectivas
El estado global
de la conservación de diversidad biológica presenta progresos no significativos
in situ, es decir en la mejora de la salud de los ecosistemas. Podemos mencionar algunos avances, el incremento
de las áreas naturales protegidas en ecosistemas terrestres, en el retroceso de
la tasa de deforestación, el incremento de la producción de recursos acuáticos
para la alimentación derivada de las actividades acuícolas.
Se espera que con los avances de la metas 16, 17 y 19, vinculados con el Protocolo de Nagoya, las Estrategias y Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad y, la información disponible sobre diversidad biológica, respectivamente, se logre mejorar la aplicación de las Metas de Aichi, lo cual contribuirá en la mejora del estado de conservación de la biodiversidad global. Sin embargo, este escenario será positivo siempre que se logren cumplir las metas 3 y 4 como se señala en el la quinta conclusión.
Se espera que con los avances de la metas 16, 17 y 19, vinculados con el Protocolo de Nagoya, las Estrategias y Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad y, la información disponible sobre diversidad biológica, respectivamente, se logre mejorar la aplicación de las Metas de Aichi, lo cual contribuirá en la mejora del estado de conservación de la biodiversidad global. Sin embargo, este escenario será positivo siempre que se logren cumplir las metas 3 y 4 como se señala en el la quinta conclusión.
Los resultados de los análisis realizados nos muestran que el estado de
conservación de la diversidad biológica presenta mejoras relativas en la avance
del 39% del cumplimiento de las Metas de Aichi, en su evaluación a medio
término del período 2011 – 2020.
El cumplimiento de las Metas de Aichi son coadyuvantes vitales para los “Objetivos de Desarrollo del Milenio” y la “Agenda para el Desarrollo después del 2015”, las medidas de adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático y, la paz y seguridad global.
El progreso lento
de la aplicación de las Metas de Aichi requiere la inclusión de éstas en las
políticas económicas, estrategias,
planes y programas de crecimiento y desarrollo económico de los países. La participación
de las instancias gubernamentales de asuntos económicos y de los temas
ambientales de todos los sectores y niveles de administración nacional,
regional y local es transcendental para lograr la aplicación de estas metas y
la visión al 2050.
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situación de los bosques del mundo al 2012. Roma. 50 pág.
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Secretaría del
Convenio sobre la Diversidad Biológica - CDB (2014), Perspectiva Mundial sobre
la Diversidad Biológica 4. Montreal, 155 pág.
[1] La cumbre para adoptar la agenda para el desarrollo después de
2015 tendrá lugar en Nueva York del 21- 23 de septiembre de 2015, convocada
como una Reunión Plenaria de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones
Unidas antes del septuagésimo período de sesiones de la Asamblea General.
[3] WAVES (acrónimo inglés que significa
contabilización de la riqueza y valoración de los servicios de ecosistemas),
cuyo principal objetivo es “promover el desarrollo sostenible asegurando que
los recursos naturales sean integrados a la planificación para el desarrollo y
las cuentas económicas nacionales”.
[7] IMARPE ha reportado para el año 2014, una
biomasa de 9,7 millones de toneladas del stock norte de la
anchoveta peruana, dando una cuota de extracción de 2,53 millones de
toneladas.
[10] Kappaphycus alvarezii, Eucheuma spp, Laminaria
japónica, Gracilaria spp, Undaria pinnatifida, Porphyra spp
y microalgas, entre las principales.
[12] Perú: Las mayores emisiones de GEI (47,5%)
es por el cambio de uso del suelo y silvicultura. MINAM (2009).
[13] The Promise of Sydney Vision: ….Many
protected and conserved areas are at risk or are poorly managed, and many
rangers on the frontline have sacrificed everything for this cause (IUCN,
2014).
[14] Increase in the
number of species assessed for The IUCN Red List of Threatened Species
(2000–2014).
[15] Lenguas extintas de Perú: mochica,
aguano, andoa, andoque, atsahuaca, awshira, bagua, cahuarano, calpa, capallén,
cat, chachapoya, chango, chirino, cholón, culle o culli, den, hibito,
huariapano o panobo, mayna, motilón, omurano, otanave, palta, panatahua,
patagón, puquina, quingnam, remo, sacata, sechura, sensi, tabancale, tallán,
uro, walingos, yameo.
*https://www.academia.edu/9729538/Perspectiva_Mundial_sobre_la_Diversidad_Biol%C3%B3gica
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