La utilización sostenible
involucra cambios de paradigmas sobre la “felicidad con el consumismo”, el
confort, nuestra relación hacia la naturaleza, “crecimiento económico”, la
planificación del desarrollo, infraestructura e inclusive nuestra relación
generacional e inter generacional. En este sentido, se adopta un cambio de visión
orientada al largo plazo, la utilización de la tecnología pertinente, la
inversión en estudios y monitoreos de la diversidad biológica, la restauración
de hábitats y ecosistemas degradados, y la protección de la diversidad
biológica con usos directos restringidos para tratar de garantizar una reserva
mínima del capital natural en el proceso de la evolución.
De cara al 2050, necesitamos más
que nunca en la existencia humana, incentivos para la utilización sostenible
para los usos consuntivos y los no consuntivos de los componentes de la
diversidad biológica, teniendo en consideración el crecimiento acelerado proyectado
de la población humana de 7,2 mil millones de personas a 9,6 mil millones de
personas al 2050 (UN, 2013).
El avance hacia la sostenibilidad
requiere la voluntad política de realizar cambios para crear el medio favorable
necesario a todos los niveles del gobierno y la sociedad. La funcionalidad de
los principios demandará una estructura institucional, jurídica y
administrativa convencida a avanzar hacia una economía verde.
La utilización de los componentes
de la diversidad biológica y los vertimientos sólidos, líquidos o gaseosos a
los ecosistemas tienen umbrales los cuales no podemos sobrepasar, para sostener
los servicios ecológicos de los que depende tanto la diversidad biológica como
la gente. La gestión de la diversidad biológica debe ser dinámica y ajustarse a
los cambios, incluidos los sucesos estocásticos, el ciclo de recursos finitos,
tienen límites respecto de los bienes que pueden proporcionar y de los
servicios que pueden rendir (Fig. 4).
Principio práctico 1: Garantizar políticas de apoyo, leyes e
instituciones a todos los niveles de gobierno y todos sus niveles.
Directrices operacionales
- Considerar las costumbres y tradiciones
locales (y la ley consuetudinaria en donde se les reconoce) al preparar los
proyectos de legislación y de reglamentaciones nuevas;
- Identificar incentivos,
políticas, leyes e instituciones de apoyo ya existentes, según sea necesario, y
desarrollar otros nuevos dentro de la jurisdicción en la que un uso tendrá
lugar, teniéndose en cuenta los Artículos 8 j)
y 10 c)
del Convenio sobre Diversidad Biológica, según proceda;
- Identificar cualquier
superposición, omisión y contradicción en las leyes y políticas existentes e
iniciar acciones concretas para resolverlas;
- Fortalecer y/o crear vínculos de cooperación
y apoyo entre todos los niveles de gobierno a fin de evitar la duplicación de
esfuerzos o inconsistencias.
Estas recomendaciones instan a los
países a establecer políticas equitativas para garantizar los usos
consuetudinarios en relación a las prioridades de crecimiento económico no
compatibles con la conservación de la diversidad biológica.
Principio práctico 2: Reconocer la necesidad de un marco de
gobierno consistente con las leyes internacionales y nacionales, los usuarios
locales de los componentes de la diversidad biológica deben estar
suficientemente dotados de poder y apoyados por derechos para asumir la
responsabilidad del uso de los recursos concernientes.
Directrices operacionales
- De ser posible, adoptar medios que apunten a
delegar derechos y responsabilidad a quienes usan y/o manejan los recursos
biológicos;
- Examinar las reglamentaciones
existentes para ver si pueden usarse a fin de delegar derechos; hacer enmiendas
a las reglamentaciones cuando sea necesario y posible y/o elaborar proyectos
para nuevas regulaciones en los casos que haya necesidad. En todas partes,
deben considerarse las costumbres y tradiciones (incluida la ley
consuetudinaria en donde se reconoce);
- Referirse al programa de
trabajo relativo a la aplicación del Artículo 8 j) “Programa de Trabajo sobre
la Aplicación del Artículo 8j) y Disposiciones conexas sobre la Diversidad
Biológica”, para la utilización sostenible de los componentes de la diversidad;
- Proporcionar capacitación y
servicios de extensión para mejorar la capacidad de las personas para celebrar
acuerdos de toma de decisiones, así como para poner en práctica métodos de utilización
sostenible;
- Proteger y fomentar un uso
consuetudinario de los recursos biológicos que sea sostenible, de conformidad
con las prácticas tradicionales y culturales (Artículo 10(c)).
Este principio está relacionado a
dotar de las capacidades a las comunidades indígenas y locales para asumir la
gestión de los recursos componentes de la diversidad biológica en el marco del
enfoque ecosistémico y la utilización sostenible. Definitivamente las
relaciones de las comunidades indígenas o locales con su entorno, permiten a
través de la prueba y error, darles capacidad para entender su funcionamiento y
sus límites. Esta relación ha contribuido a generarles innovación para
contrarrestar los efectos adversos y transmitir sus conocimientos tradicionales
de generación en generación.
Principio práctico 3: Las políticas, leyes y reglamentaciones
internacionales, y nacionales que perturban los mercados, que contribuyen a la
degradación de los hábitats o, además de eso, generan incentivos perjudiciales
que socavan la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica
deben identificarse y eliminarse o mitigarse.
Directrices operacionales
- Identificar los mecanismos
económicos, comprendidos sistemas de incentivos y subsidios a escalas
internacional y nacional que están ejerciendo un impacto negativo en la
sustentabilidad potencial de los usos de la diversidad biológica;
- Eliminar aquellos sistemas que
conducen a perturbaciones de los mercados que originan usos insostenibles de los componentes de la diversidad
biológica.
- Evitar reglamentaciones
innecesarias e inadecuadas de los usos de la diversidad biológica, ya que
pueden aumentar los costos, cerrar las oportunidades y alentar usos no
reglamentados disminuyendo, así, la sustentabilidad del uso.
La necesidad de generar
representación económica en el producto bruto interno de los países conlleva a
orientar objetivos de crecimiento económico a corto plazo, generando subsidios
directos o indirectos para el incremento de la “producción”, basada en la
sobreextracción de recursos biológicos, como peces, árboles maderables, plantas
medicinales, algas marinas, entre otros. Extracciones que conllevan a una
sobreexplotación debido a que no se da a través de un manejo de los hábitats de
las especies ni de sus poblaciones, en especial el considerar los límites de su
capacidad reproductiva. Aunado a estos factores se da en los países en
desarrollo las limitaciones de una gobernanza efectiva que permita la
observancia de las normas, conllevando a
establecer sistemas legales de extracción permisivos al ingreso de extracciones
ilegales. Por otro lado, los cambios de usos de la tierra suelen favorecer a ciertos
grupos económicos, en aras del crecimiento económico, afectando a las
poblaciones indígenas y locales, reflejando una inequidad en las políticas de
turno de los gobiernos. La necesidad de comprender de priorizar el bien común,
en especial de los menos favorecidos, en el ejercicio de las políticas aún no
está interiorizada en la aptitud y actitud de los gobiernos en todos los
niveles.
Principio práctico 4: Debe practicarse la gestión adaptable con
base en:
a) La ciencia y el conocimiento
tradicional y local;
b) La retroinformación iterativa,
oportuna y transparente derivada de la vigilancia del uso, los impactos
ambientales, socioeconómicos y de la situación del recurso que se está usando;
y
c) El ajuste de una gestión basada en la
retroinformación oportuna de los procedimientos de vigilancia.
Directrices operacionales
- Garantizar que haya esquemas de
gestión adaptables para usos particulares;
- Requerir planes de gestión
adaptable para incorporar sistemas a fin de generar un ingreso sostenible, cuando
los beneficios se dirigen a las comunidades indígenas y locales y a los
interesados locales, para prestar apoyo a una aplicación fructuosa;
- Ofrecer asistencia de extensión
al establecer y mantener sistemas de vigilancia y retroinformación;
- Incluir descripciones claras de
sus sistemas de gestión adaptables, las cuales incluyan los medios de evaluar
las incertidumbres;
- Reaccionar con rapidez a
prácticas insostenibles;
- Diseñar un sistema de
vigilancia para una escala temporal suficiente que permita que la información
sobre la situación del recurso y del ecosistema esté disponible para
fundamentar las decisiones de la gerencia a fin de garantizar que el recurso se
conserve;
- Cuando se utilizan los
conocimientos tradicionales y locales, asegurarse de que se ha obtenido la
aprobación de los titulares de esos conocimientos.
La gestión de los componentes
biológicos definitivamente debe ser dinámica sujeta a cambios en función de las
variables abióticas o bióticas de las que dependen las poblaciones de las
especies a utilizar. Esta gestión basada en la experiencia del conocimiento
tradicional y científico está sujeta a reaccionar en función de los resultados
de las evaluaciones y monitoreos de las poblaciones y sus hábitats históricos,
presentes y de escenarios futuros. En la presente y futuras décadas la
influencia de los efectos del cambio climático es un factor significativo de la
sostenibilidad. En realidad, es un reto
cada vez más complicado que los países quieran basar su crecimiento económico
en la extracción, colecta o caza de los componentes biológicos. Estas
actividades deben ser de bienestar únicamente para las comunidades indígenas y
locales. Las actividades dirigidas al crecimiento económico han de estar
orientadas verdaderamente a la producción acuicultura, agricultura,
silvicultura, reproducción in vitro, horticultura sostenibles, dejar las
actividades económicas de cazadores, pescadores o colectores de los componentes
de la naturaleza para una escala de economía de bienestar local, empero cuyos
servicios ecosistémicos tienen beneficios a escalas nacionales, regionales y
del Planeta.
Principio práctico 5: Las metas y prácticas de gestión de la
utilización sostenible deben evitar o reducir al mínimo los impactos adversos
en los servicios, la estructura y las
funciones de los ecosistemas, así como en otros de sus componentes.
Directrices operacionales
- Garantizar que prácticas de
gestión local de extracción de recursos biológicos no dañe la capacidad de los
ecosistemas para entregar bienes y servicios de la cuenca o cuencas
relacionadas, debido a los efectos directos o indirectos que pudiera ocasionar
en otras actividades económicas en lugares más alejados como en las cuencas
bajas. Por ejemplo, el corte selectivo de madera en una cuenca hidrográfica
ayudaría a mantener la capacidad del ecosistema para impedir la erosión del
suelo, favorece la polinización, ofrece agua limpia, fertiliza los suelos,
regula la temperatura, brinda oxígeno y captura CO2, vitales no sólo
para las actividades económicas, sino para nuestra propia existencia;
- Garantizar que los usos
consuntivos y no consuntivos no perjudiquen la sostenibilidad de largo plazo de
los ecosistemas, las comunidades y las poblaciones de especies de las cuales
depende el uso, prestándose particular atención a las necesidades de los
componentes de la diversidad biológica amenazados;
- Aplicar el “principio de
precaución” a las decisiones de gestión, en consonancia con el principio 15 de
la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo;
- Identificar experiencias de
éxito sobre la gestión de los componentes de la diversidad biológica en otros
países a fin de adaptar e incorporar este conocimiento a los esfuerzos por
resolver las dificultades propias;
- Considerar el impacto agregado
y acumulativo que las actividades ejercen en las especies o ecosistemas que son
objeto de dichas actividades al tomar decisiones de gestión que se relacionen
con esas poblaciones de especies o ecosistemas;
- Cuando impactos anteriores
hayan degradado y reducido la diversidad biológica, prestar apoyo a la
formulación y aplicación de planes de acción correctivos (Artículo 10(d)).
- Las metas y prácticas de gestión
de la utilización sostenible deben evitar o reducir al mínimo los impactos
adversos en los servicios, la estructura
y las funciones de los ecosistemas, así como en otros de sus componentes.
La gestión de la utilización
sostenible de los componentes de la diversidad biológica tiene como
responsabilidad mantener los servicios ecosistémicos, su estructura y
funciones, donde el Principio 15 de la Declaración de Río para el Medio Ambiente
y el Desarrollo juega un rol vital, para orientar las prioridades económicas y
sociales en busca del bienestar común. Las decisiones con incertidumbres
significativas contribuyen a grupos económicos en el corto plazo, afectando a
una gran mayoría de personas y dejar menores oportunidades para las
generaciones futuras, por ejemplo la extracción de maderas preciosas como caoba
y cedro, pesca industrial de la sardina, anchoveta, caballa, jurel, el marfil
de los elefantes, los cuernos de los rinocerontes, las pieles de los felinos,
los cursos de los pecaríes, los guacamayos para mascotas. El “manejo forestal”
de los bosques primarios y el “ordenamiento pesquero” requieren incluir el
seguimiento del cumplimiento del enfoque ecosistémico, especialmente cuando
tiene que abastecer mercados nacionales e internacionales.
Principio práctico 6: Debe promoverse y apoyarse la investigación
interdisciplinaria de todos los aspectos de la utilización y conservación de la
diversidad biológica.
Directrices operacionales
- Garantizar que los resultados
de la investigación informen y guíen las
políticas y decisiones internacionales y nacionales;
- Invertir en investigación sobre
técnicas y tecnologías de gestión de los componentes de la diversidad biológica
que promuevan la sustentabilidad de los usos consuntivos y no consuntivos de la
diversidad biológica;
- Alentar la colaboración activa
entre los investigadores científicos y quienes posean un conocimiento local y
tradicional;
- Alentar al apoyo internacional
y la transferencia de tecnología, en relación con los usos consuntivos y no
consuntivos de la diversidad biológica;
- Desarrollar la cooperación
entre los investigadores y los usuarios de la diversidad biológica (comunidades
privadas o locales), en particular, implicar a las comunidades indígenas y
locales como asociados en el proceso de investigación y usar su conocimiento
especializado para evaluar los métodos de gestión y las tecnologías;
- Investigar y desarrollar
métodos eficaces para mejorar la educación y sensibilización ambientales,
alentar a la participación del público y estimular la intervención de los
interesados directos en la gestión de la diversidad biológica y en la
utilización sostenible de los recursos;
- Investigar y desarrollar medios
conducentes a asegurar los derechos de acceso y métodos que ayuden a asegurarse
de que se reparten equitativamente los beneficios procedentes de la utilización
de los componentes de la diversidad biológica;
- Ofrecer los resultados de la
investigación en una forma en la que los responsables de la toma de decisiones,
los usuarios y otros interesados puedan aplicarlos;
- Promover programas de
intercambio en esferas científicas y técnicas.
Este principio es lamentable que
no se aplique, a pesar de contar con mayores evidencias científicas, las
decisiones de la gestión de los componentes de la diversidad biológica, se basa
en documentos administrativos y documentos de planificación de buenas
voluntades como los planes de manejo, de ordenamiento o estudios de evaluación
de impacto ambiental, que en la práctica no realiza su aplicación, dejando
deudas pendientes en la naturaleza, muchas veces irreversibles. La excusa de
las entidades gubernamentales es que la observancia no se cumple por la falta
de presupuesto para el control y supervisión, la visión de Estado – empresa –
academia está pendiente de interiorizar en la gestión pública. Por otro lado,
no existe transparencia en las instituciones públicas del cumplimiento de las
normas.
La creación de la Plataforma Intergubernamental
Científico Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas,
denominada IPBES por sus siglas en
inglés, Intergovernmental Platform on Biodiversity and Ecosystem Services,
creada en 2012, es el espacio donde se espera catalizar el conocimiento
científico y tradicional para la creación de políticas aterrizadas, aplicables
y de capacidad de seguimiento transparente.
Principio práctico 7: La escala especial y temporal de la gestión
debe ser compatible con las escalas ecológica y socioeconómica del uso y su
impacto.
Directrices operacionales
- Vincular la responsabilidad a
la escala espacial y temporal del uso;
- Definir los objetivos de
gestión para el recurso que se está usando;
- Permitir la plena participación
del público en la preparación de planes de gestión para garantizar, de la mejor
manera, la sustentabilidad ecológica y socioeconómica;
- En el caso de recursos
transfronterizos, es aconsejable que en la gestión y en las decisiones
relativas a los recursos participe una representación adecuada de esos Estados.
La gestión de los componentes de
la diversidad biológica debe estar comprometida con los antecedentes históricos
de las poblaciones de las especies y sus hábitats. Por lo general, la gestión
como mucho considera los cinco últimos años, en ese escenario es claro que los
efectos no siempre son significativos, menos aún se proyectan los escenarios
futuros.
La transparencia y la
participación de la población son elementos esenciales y derechos de todos los
ciudadanos a fiscalizar la gestión de nuestra diversidad biológica, el concepto
de soberanía no debería favorecer la depredación de la naturaleza del Planeta.
Principio práctico 8: Debe haber arreglos para la cooperación
internacional en los casos en los que se requiera la toma de decisiones y la
coordinación multinacionales.
Directrices operacionales
- Hacer arreglos de cooperación
internacional cuando la distribución de las poblaciones o de las comunidades y
hábitats que se estén usando se extiendan a dos o más naciones;
- Promover comités técnicos
multinacionales para preparar recomendaciones para la utilización sostenible de
los recursos transfronterizos;
- Contar con acuerdos bilaterales
o multilaterales entre los Estados para la utilización sostenible de los
recursos transfronterizos;
- Establecer mecanismos en los
que participen los Estados colaboradores para asegurar que la utilización
sostenible de los recursos transfronterizos no repercuta negativamente en la
capacidad y resiliencia del ecosistema.
Los convenios internacionales
sobre diversidad biológica, cambio climático, desertificación y sequía,
especies amenazadas por el comercio internacional de fauna y flora silvestres,
especies migratorias de animales silvestres, tortugas marinas, delfines,
ballenas, bacalao de profundidad, albatros y petreles, entre otros, contribuyen
a establecer acuerdos multilaterales para la gestión transfronteriza de los
recursos vivos de la naturaleza. Sin embargo, en el marco de estos acuerdos
internacionales, multilaterales o binacionales, se requiere ir pensando que los
límites políticos no son barreras para las responsabilidades en garantizar los
servicios ecosistémicos. Es de esperarse que en un futuro muy cercano se tengan
que establecer cuotas internacionales de extracción de recursos vivos no sólo
de especies amenazadas, como resultado de políticas e incentivos perversos a la
conservación de la diversidad biológica de los países.
Principio práctico 9: Debe aplicarse un enfoque interdisciplinario
y participativo a los niveles adecuados de gestión y gobierno que se relacionan
con el uso.
Directrices operacionales
- Considerar ofrecer mecanismos
que promuevan la cooperación interdisciplinaria en la gestión de los
componentes de la diversidad biológica;
- Fijar normas para las
actividades de gestión de recursos que promuevan consultas interdisciplinarias;
- Facilitar la comunicación y el
intercambio de información entre todos los niveles del proceso de toma de
decisiones;
- Identificar a todos los
interesados directos pertinentes y buscar su participación en la planificación
y ejecución de las actividades de gestión;
- Tomar en cuenta los factores
socioeconómicos, políticos, biológicos, ecológicos, institucionales, religiosos
y culturales que puedan ejercer una influencia en la sustentabilidad de la
gestión;
- Buscar orientación de los especialistas
locales, tradicionales y técnicos para el diseño del plan de gestión;
- Proporcionar canales adecuados
para la negociación de forma que los posibles conflictos que se deriven de la
implicación participativa de todas las personas pueda resolverse rápido y en
forma satisfactoria.
Este principio nos hace en
repensar en la institucionalidad de la gestión de los componentes de la
diversidad biológica, social y económica. Los países que mantienen entidades
sectoriales ambientales y un ministerio del ambiente, dificulta la toma de
decisiones por la división sectorial de la gestión de los recursos biológicos,
siendo a un más grave que la gestión se realiza en cantidad y tiempo, no se
realiza la gestión por ecosistemas, lógicamente con intereses muy particulares
en cada sector para diversos grupos económicos, que no siempre son los más
desfavorecidos. Bajo, ese escenario es complicado gestionar la equidad de la
participación de beneficios con inclusión social y aun más lejana está la
equidad intergeneracional. En círculos
de intereses económicos sectoriales se llega a manifestar no hay problema con la desaparición de
especies ya que “que la extinción de
especies genera otras” y ¿Por qué nos tenemos que oponer al crecimiento
económico?”. Cada vez más no debemos poner a pensar si somos una especie humana
que actúa como especie o como clanes
económicos. Entendamos que nuestros efectos en la naturaleza no tienen vuelta
atrás.
Principio práctico 10: Las políticas internacionales y nacionales
deben tomar en cuenta: a) Los valores presentes y futuros que se derivan del
uso de la diversidad biológica; b) Los valores intrínsecos y otros valores no
económicos de la diversidad biológica; y c) Las fuerzas del mercado que
repercuten en los valores y el uso.
Directrices operacionales
- Promover estudios de valoración
económica de los servicios ambientales de los ecosistemas naturales;
- Incorporar esta información a
los procesos de elaboración de políticas y toma de decisiones, así como a las
aplicaciones educativas;
- Considerar este principio en
relación con las ventajas y desventajas de la conversión del uso del suelo/
hábitat. Reconocer que las fuerzas del mercado no son siempre suficientes para
mejorar las condiciones de vida o aumentar la sustentabilidad del uso de los
componentes de la diversidad biológica;
- Exhortar a los gobiernos para
que tomen en cuenta los valores de la diversidad biológica en sus cuentas
nacionales;
- Promover y facilitar la
creación de capacidad para los responsables de tomar las decisiones sobre los
conceptos que se relacionan con la valoración económica de la diversidad
biológica.
Definitivamente los valores
futuros de la diversidad biológica son los no o menos internalizados en la
gestión de la diversidad biológica. La valoración económica de los servicios de
los ecosistemas naturales es un instrumento de gestión, pero difícilmente
cuantificable por los niveles de subjetividad de las metodologías,
especialmente para los valores de existencia y legado. No siendo por ello importante de realizarlo,
para aproximar a los tomadores de decisiones con preponderancia a tomar
decisiones únicamente pensando en el incremento en porcentajes del Producto
Bruto Interno – PBI. Es muy complicado valorar la vida de los seres vivos y de
los ecosistemas, sistema biológico prodigioso.
Las “fuerzas del mercado” y la
“mano invisible del mercado” no pueden
ser justificaciones para extracciones y cambios de uso de la tierra
insostenibles. En este sentido, es necesario clarificar que las fuerzas del
mercado deberían contribuir a un mercado de competencia perfecta, en la
práctica es imperfecto, siendo la competencia perfecta un óptimo teórico. Los precios de los productos se fijan bajo
condiciones de imperfección, en cuyas variables de costos y beneficios de la
producción no consideran las inversiones en el capital natural que incluye la
protección y la restauración de los ecosistemas, la investigación científica, la tecnología para la reducción
de emisiones de gases de efecto invernadero y efluentes líquidos, y la
responsabilidad del ciclo del producto en los procesos biogeoquímicos. Estas externalidades negativas nos hace reflexionar
en modelos de economía verde para el desarrollo sostenible.
Por otro lado, la “mano
invisible” del libre mercado, metáfora del
filósofo Adam Smith en su Teoría de los sentimientos morales (1759),
y popularizada en su obra “La riqueza de las naciones” (1776),
refiere a la capacidad de ponerse en el lugar de otro, aun cuando no
obtenga beneficio de ello junto a
un egoísmo racional, llevaría indirectamente al
bienestar general de las sociedades a través del proceso de una mano
Invisible, a través de la competencia, mecanismos que serían capaces
por sí mismos de asignar con eficiencia y
equidad tanto
los recursos como el producto de
la actividad económica. Para Smith ese elemento de justicia tiene una función
fundamental como “el pilar principal que mantiene todo el edificio”, fundamento
que hace posible mantener una cohesión
social base del orden público necesario
-en la opinión de Smith- para asegurar el buen funcionamiento económico. Según
esta visión, la mano invisible compensa las acciones y regula las
conformaciones sociales. Este proceso se daría en condiciones extremas de
cumplimientos de códigos de ética y moral, donde el Estado tenga una mínima
intervención o sea inexistente, escenario muy alejado de la realidad
penosamente en nuestras sociedades, especialmente en los países donde se dan
los mayores índices de percepción de
corrupción.
Principio práctico 11: Los usuarios de los componentes de la
diversidad biológica deben buscar reducir al mínimo los desechos y los impactos
ambientales adversos y optimizar los beneficios de los usos.
Directrices operacionales
- Eliminar incentivos perjudiciales y proporcionar
incentivos económicos para los gerentes de recursos a fin de invertir en el desarrollo
de técnicas que coadyuven a la resiliencia de los ecosistemas y no afecte su
capacidad de brindar servicios ecosistémicos, por ejemplo, exención de
impuestos, fondos disponibles para prácticas productivas, menores tasas de
interés para préstamos, certificación para tener acceso a nuevos mercados;
- Establecer mecanismos de cooperación técnica a
fin de garantizar la transferencia de tecnologías mejoradas pertinentes a las
comunidades;
- Procurar garantizar mayores eficiencias en la
cosecha o en otros usos extractivos, los cuales no ejerzan un impacto nocivo en la situación
de las poblaciones de las especies que se están usando o en del ecosistema;
- Identificar las ineficiencias y los costos en los
métodos actuales;
- Llevar a cabo investigación y desarrollo de
métodos que garanticen la sosteniblidad de los ecosistemas;
- Promover o alentar el establecimiento de normas
de calidad, convenidas por la industria y terceras partes, para el
procesamiento y gestión de los componentes de la diversidad biológica a escalas
internacional y nacional;
- Promover un uso más eficiente de los componentes de
la diversidad biológica, en los contextos local y nacional, así como reducir los daños colaterales a los
componentes de la diversidad biológica.
La producción y consumo necesitan internalizar los
costos del tratamiento de los residuos, sólidos, gaseosos y líquidos en el
ecosistema. Son incentivos no asumir los costos de la restauración y
remediación de los ecosistemas
ocasionados por la contaminación. Se hace imperante mejorar la efectividad
tecnológica para contrarrestar los efectos nocivos a los ecosistemas.
Definitivamente la tecnología pertinente puede
mejorar la efectividad de la gestión de los componentes de la diversidad
biológica, brindando metodologías para el manejo de los recursos biológicos
orientado a garantizar su sostenibilidad. La innovación tecnológica coadyuva a
buscar mecanismos alternativos para pasar de la extracción o cosecha de
recursos biológicos al manejo intensivo de estos componentes in vitro,
silvicultura, cría en granja, horticultura, cultivo de tejidos, agricultura y ganadería sostenible, entre
otros, métodos y procesos para reducir la presión a la naturaleza.
Se ha manifestado la necesidad imperiosa que la
producción internalice los costos del manejo de sus residuos y la restauración
de los ecosistemas afectados por los efectos negativos de las industrias. La
responsabilidad de las empresas industrias en la conservación de los
ecosistemas es decisiva para lograr la utilización sostenible de los
componentes de la diversidad biológica.
Principio práctico 12: Las necesidades de las comunidades indígenas
y locales que viven de la utilización y la conservación de la diversidad
biológica, y que se ven afectadas por éstas, deben reflejarse, junto con sus
contribuciones a esta conservación y utilización sostenible, en la
participación equitativa en los beneficios que se derivan del uso de esos
recursos.
Directrices
operacionales
- Promover incentivos económicos que garantizarán beneficios adicionales para las
comunidades indígenas y locales, y los usuarios directos que participan en la
gestión de cualquier componente de la diversidad biológica, por ejemplo,
oportunidades de empleo para la gente local, igual distribución de los ingresos
entre los habitantes locales y los inversionistas y coadministradores foráneos;
- Adoptar políticas y reglamentaciones para garantizar que las comunidades
indígenas y locales y los interesados directos locales, que se encuentran
comprometidos en la gestión de un recurso para la utilización sostenible
reciban una participación equitativa de cualquier beneficio que se derive de
ese uso;
- Considerar las forma de insertar el uso incontrolado de los recursos biológicos
en un marco jurídico y de utilización sostenible, incluida la promoción de
alternativas de usos no consuntivos de estos recursos;
- Asegurar que en las políticas y reglamentación nacionales relativas a la utilización
sostenible se reconozcan y se contabilicen
los valores no monetarios de los recursos naturales;
- Garantizar que una parte equitativa de los beneficios quede dentro del pueblo
local en los casos en los que haya inversión foránea;
- Hacer participar a los interesados locales, incluidas las comunidades indígenas
y locales, en la gestión de cualquier recurso natural y proporcionar a quienes
participan una compensación equitativa por sus esfuerzos;
- En
caso de que la gerencia dicte una reducción en los niveles de recolección, es
preciso, en la medida en que resulte viable, proporcionar asistencia a las
comunidades locales que dependen directamente del recurso para que tengan
acceso a alternativas.
La participación justa y
equitativa de los beneficios derivados del uso de los componentes de la
diversidad biológica, contribuye a reducir la presión de extracción de los
recursos biológicos por las comunidades indígenas y locales, así como aliviar
los problemas de pobreza y pobreza extrema. Los valores no monetarios de los
componentes de la diversidad biológica, como los de legado y existencia tendrán
que ser incorporados, para facilitar variables económicas para la toma de
decisiones.
El financiamiento para el
desarrollo constituye un catalizador para la utilización sostenible, los
compromisos derivados de la primera conferencia de financiamiento para el
desarrollo convocada en Monterrey en 2002 y la segunda conferencia en Doha en
2008, que abordó los impactos de la crisis financiera y el cambio climático,
entre otros aspectos, están enmarcado a contribuir al desarrollo sostenible. La tercera reunión internacional se realizará
en Adís Abeba, Etiopía, del 13 al 16 de julio de 2015, en dicha reunión se
buscará aprobar un plan de acción concreto para encarar los problemas
sistémicos y estructurales y garantizar la disponibilidad de recursos para financiar
el desarrollo sostenible que deberían asumir los gobiernos en Adís Abeba
(Naciones Unidas, 2015).
Principio práctico 13: Los costos de gestión y conservación de la
diversidad biológica deben interiorizarse dentro del área de gestión y
reflejarse en la distribución de los beneficios que se derivan del uso.
Directrices
operacionales
- Garantizar que las políticas nacionales no ofrezcan subsidios que enmascaren
los verdaderos costos de la gestión;
- Garantizar que los niveles y cuotas de recolección se establezcan de acuerdo
con información proporcionada por el sistema de vigilancia y no a partir de las
necesidades económicas del sistema de gestión;
- Proporcionar directrices para que los gerentes de recursos calculen e informen
el costo real de la gestión en sus planes administrativos;
- Crear otros mecanismos alternativos para invertir los ingresos producto de la
gestión de la diversidad biológica;
- Proporcionar incentivos económicos para los gerentes que ya han interiorizado
los costos ambientales, por ejemplo, certificación para el acceso a nuevos
mercados, derogación o aplazamiento de impuestos en lugar de inversión
ambiental, promoción de “etiquetado ecologista” para comercialización.
Interiorizar
los costos de la gestión para la conservación y utilización sostenible de los
componentes de la diversidad biológica va permitir que la sociedad no se vea afectada
por la desvaloración del capital natural, vinculado a factores de pobreza,
disminución de los servicios de los ecosistemas y se tenga oportunidades de
bienestar para las generaciones futuras.
Principio práctico 14: Deben ponerse en práctica programas de
educación y conciencia pública sobre conservación y utilización sostenible y
desarrollarse métodos de comunicación más eficaces entre los interesados
directos y los gerentes.
Directrices operacionales
- Planificar las actividades de educación y conciencia pública sobre: la gestión,
los valores de la utilización sostenible, el cambio de patrones de consumo y el
valor de la diversidad biológica en las vidas de la gente;
- Garantizar que los programas de conciencia pública también informen y guíen a
los responsables de tomar las decisiones;
- Dirigirse a todos los niveles de la cadena de producción y consumo con dicha
comunicación;
- Informar de las lecciones aprendidas sobre las actividades de utilización
sostenible al mecanismo de facilitación del Convenio sobre la Diversidad
Biológica;
- Alentar y facilitar la comunicación de las lecciones aprendidas y las mejores
prácticas a otras naciones;
- Garantizar que los usuarios de recursos informen al gobierno sus actividades en
una forma que facilite comunicaciones más amplias;
- Aumentar la toma de conciencia acerca de lo que contribuyen a la utilización sostenible
de la diversidad biológica, los conocimientos, innovaciones y prácticas de las
comunidades indígenas y locales.
La educación y conciencia pública
sobre la conservación y utilización sostenible de sus componentes requiere
pasar de actividades pasivas de receptores de información a impulsar
actividades reales y prácticas en los colegios como materia transversal y la
participación en actividades concretas de restauración y remediación de
hábitats y ecosistemas con la participación de la sociedad civil organizada.
Los pilares de la utilización sostenible son
garantizar políticas para el uso sostenible, el uso sostenible consuetudinario,
la participación equitativa local de los beneficios y la gestión adaptable.